bilbao - Este libro es un epílogo a los tres anteriores: Con el agua al cuello; Liquidación final y Pan, educación y libertad. A través de estas novelas ha retratado a la sociedad griega en la actual crisis económica. Ve en su país el desanimo de la gente que no sabe con qué nueva experiencia se va a encontrar al día siguiente. No está convencido del Gobierno de Tsipras, pero el futuro sin él lo ve también negro en manos de Amanecer Dorado, el partido neonazi griego. Advierte de que el paro juvenil es del 60%, de que las clases medias ha muerto y que va a ser muy complejo cristalizar el crecimiento económico. Otra de las críticas, incluye a Syriza, es no haber combatido el clientelismo y haber mantenido la corrupción.
Esta semana se presenta muy dura en negociaciones para Grecia, ¿cómo cree que va a acabar?
-En primer lugar, me gustaría decirle que las semanas desde hace cinco años han sido todas durísimas y no estoy seguro de que vaya a ser la última. Sin embargo, desde los últimos cuatro meses, la situación se ha vuelto de inseguridad.
¿Pesimista?
-Los griegos se despiertan por la mañana sin saber qué nueva experiencia van a vivir y, seguro, que será una experiencia negativa. Es muy duro vivir en un país que no sabe cómo va a ser el mañana.
Merkel propone subida de IVA y recortes sociales que afectan a pensiones y prejubilaciones.
-Sí, lo sé. Uno de los errores es que el Gobierno puso todo el peso de la crisis sobre los hombros de los ciudadanos y se negaron a intervenir en el sistema, esta política ha tenido como consecuencia la muerte de las clases medias griegas. Cada vez que oigo hablar de crecimiento en Grecia me pregunto: ¿quién va a cristalizar este crecimiento si las clases medias han muerto?
¿Pagará Grecia a sus acreedores?
-El problema es que el no pagar será peor. Podemos decir que no vamos a pagar, pero si verdaderamente no pagamos, siento mucho miedo por las jóvenes generaciones, ya vivimos en un país con casi un 60% de paro juvenil, éstas son las personas que más van a sufrir.
¿De qué forma puede llegar a pagar su deuda?
-Lo único que podemos esperar es una ampliación de pago y reducir en la mayor medida posible los intereses, recortar la deuda en Europa es difícil, tiene que pasar por el Parlamento, y no sé por qué van a decidir recortar nuestra deuda; la salida es muy compleja, si es que la hay. Por otro lado, los políticos en Europa parece que no son conscientes de que mañana en Grecia vamos a vivir una situación desastrosa pero también lo será para Europa.
Hablemos ahora del Gobierno griego.
-Tengo muchas objeciones a lo que está haciendo Tsipras, pero quiero, pese a ello, que triunfe; si fracasa, la siguiente opción va a ser Amanecer Dorado, el partido neo nazi, y los europeos no son conscientes de ello.
Ha acabado su trilogía sobre la crisis, ¿no le tienta meterse en política?
-Nunca lo haría, me han hecho muchas propuestas que no aceptaré, no es mi lugar. He tenido propuestas del Pasok y también del Partido de la Izquierda Europea, incluso me han ofrecido un cargo ministerial. La política no es mi trabajo.
¿Y cuál cree que su trabajo?
-Intentar explicar a la gente el porqué de su sufrimiento. Hay muchos académicos y escritores que se meten en política y no se puede sacrificar en Grecia todo a la política.
El crecimiento es su próximo objetivo, ¿tiene algún presentimiento sobre que Grecia vaya a sufrir algún cambio en positivo?
-Lo que trato de trasladar con la novela es que pensamos que se va a dar un crecimiento y hay un proverbio en el Génesis que dice: Y se hizo la luz. Mi próxima novela pasa por un ¿y se hizo la luz?
¿Se puede hacer un retrato anímico de los ciudadanos griegos?
-Están deprimidos y han perdido la esperanza; han perdido la energía, las fuerzas, no resisten más. Es muy difícil vivir día tras día sin tener esperanzas y con miedo.
Recientemente, desde el Fondo Monetario Internacional se ha dicho que Grecia es el peor cliente que ha tenido.
-Posiblemente lo sea.
¿Qué pasa con la corrupción?
-Una de las cosas sobre las que yo escribo en Grecia es precisamente esta: la corrupción. Ningún partido, ni siquiera este, ha querido combatir el sistema clientelista.
¿Tsipras tampoco?
-No se ha querido combatir desde ninguno de los poderes. Las decisiones más difíciles siguen recayendo sobre las personas.
¿Decepcionado con el actual Gobierno griego?
-No, porque como no esperaba nada no estoy decepcionado. Incluso cuando estaban en la oposición, yo me decía a mí mismo: esta no es la vía de proceder. No podemos utilizar únicamente la izquierda como pretexto; seamos honestos, Syriza no es un partido de la izquierda. Es un partido escéptico y antiMemorándum y por eso han integrado una coalición con la extrema derecha. Un partido de izquierdas nunca hubiera hecho algo así.
La crisis no ha acabado y usted deja de escribir libros sobre ella.
-Entendí en una fase muy temprana lo que significaría la crisis para los griegos. Los políticos en este sentido han desempeñado un papel importante, desde el principio se dedicaron a contar mentiras. Trataban de tranquilizar y decían que un año se iba a pasar todo. Una joven periodista me preguntó: ¿Señor Márkaris va a escribir un libro sobre la crisis? Le dije que trilogía significaba tres libros. Ella me dijo: ¿de verdad cree que va a dar tiempo a escribir tres libros sobre la crisis? Le comenté: tendrías que estar contenta si solo fueran tres, han sido cuatro, le pongo fin porque ya estoy agotado.