Fue nombrado embajador en Madrid en junio de 2013 por el primer ministro David Cameron. Cree que la paz abre oportunidades de crecimiento para Euskadi, un territorio al que ya tenía en alta consideración por sus empresas innovadoras. Esta semana ha acompañado en Bilbao a la UK Offshore Renewable Energy Catapult, que busca socios para impulsar el ambicioso proyecto del Gobierno británico a favor de las energías renovables y que ha posado su mirada nuevamente en Euskadi. En el debate territorial, su Gobierno se opone a la independencia escocesa pero accedió a celebrar un referéndum. Ganó la apuesta por seguir en Reino Unido, y Manley está orgulloso del proceso de descentralización emprendido tras la consulta. No será un “café para todos” y cree que reforzará la unidad del Estado.
¿Qué necesita Reino Unido de las empresas vascas?
-En Reino Unido tenemos el sector de energía marina eólica más importante del mundo por las inversiones de los últimos años, gracias en gran parte a empresas españolas, por ejemplo Iberdrola, que ganó un nuevo contrato la semana pasada para uno de los nuevos centros de energía eólica. El sector es clave en la economía del País Vasco, hay mucha experiencia. Queremos crear un sector en nuestro país para asegurar nuestra energía en los años venideros, pero puede ser también motor de crecimiento. Esperamos que trabajando juntos con socios españoles podamos hacer fuerza comercial en el mundo y que, al mismo tiempo, con este crecimiento del sector podamos bajar los precios al consumidor, que en Reino Unido y aquí es una cuestión muy importante a nivel político.
¿Por qué se han fijado precisamente en empresas vascas?
-El éxito del Gobierno Vasco y las empresas vascas es haber creado un cluster poderoso de investigación y desarrollo. Conocemos bien a Gamesa, Ingeteam, Tamoin, Arteche y Velatia-Ormazabal.
¿Esperan colaboración del Gobierno Vasco para implementarse en Euskadi o tejer complicidades?
-Sí, estuvimos hablando ayer [la entrevista se realizó el miércoles] con el Gobierno. Ha hecho un trabajo impresionante para promover el sector. Tenemos una relación muy estrecha para identificar posibilidades para las empresas británicas y vascas.
¿Cómo valora que una empresa vasca, Vidrala, haya invertido en una británica, Encirc?
-Bienvenido sea. Somos un país abierto a la inversión extranjera. Una vez que una empresa extranjera ha invertido en nuestra economía, la tratamos como una empresa británica.
El ‘ferry’ aboga por incrementar sus viajes a Bilbao. ¿Hay demanda?
-Muestra el amor de los británicos hacia el País Vasco. La relación es muy antigua, hay un vínculo sentimental muy fuerte a nivel de fútbol y de cultura, y cada vez más turistas británicos se interesan en la región como punto de partida para una exploración más amplia de España. British Airways comenzará a ofrecer dos vuelos al día a finales de este mes, una noticia muy positiva para la relación comercial porque va a facilitar los intercambios entre empresarios, y los ciudadanos podrán visitar el mundo por las conexiones de Heathrow.
¿Qué referencias tienen los británicos de Euskadi?
-Conocen especialmente el éxito de Bilbao como ciudad industrial que ha cambiado y que ahora tiene una oferta muy fuerte de turismo cultural y gastronómico. La conocen como una región de gran belleza nacional y gran cultura. Una región distinta con sus propias tradiciones e idioma.
¿Cómo ve la nueva Euskadi sin ETA?
-Para todos, la paz es muy importante. Los cambios que podemos ver son increíbles. En octubre celebramos las tertulias británico-españolas aquí, y para algunos fue increíble ver los cambios que hemos visto en los últimos años, esa reconversión del pasado industrial al futuro empresarial y también ciudad de turismo.
Como británico, habrá visto el primer gesto de desarme de ETA en la cadena BBC. ¿Qué le pareció?
-No soy quién para dar consejos al Gobierno Vasco o español sobre el proceso. En Reino Unido tuvimos nuestros retos en Irlanda del Norte. Ha sido un proceso difícil. Tanto aquí como en Irlanda del Norte la paz lleva a nuevas oportunidades de crecimiento y mejor futuro para todos.
¿Será un proceso largo?
-Nuestro proceso en Irlanda del Norte fue largo. Es un éxito social, económico y político, pero necesita un esfuerzo todavía de todas las partes.
¿Hay margen para que se implique Europa?
-En nuestro caso, la Unión Europea ha llevado una ayuda importante con el Plan Peace, que apoya algunas iniciativas del Gobierno británico pero también del Gobierno de Irlanda. Fue una parte importante del proceso, sí.
¿Cerrar heridas es una de las partes más difíciles?
-Sí. No sé cómo será aquí, pero en Irlanda del Norte hemos vivido muchos años de violencia con muchas tensiones entre las comunidades, y salir a un nuevo contexto donde las dos comunidades trabajen juntas no es fácil, pero en nuestro caso ha sido necesario. Hay que hacer trabajo todavía para asegurar el futuro económico del país pero, hasta ahora, ha sido un éxito.
¿Se le ocurre alguna enseñanza del proceso irlandés que se pueda extrapolar a Euskadi?
-Cada caso es muy distinto. No quiero dar un consejo falso.
Se ha reunido con partidos vascos. ¿Han compartido diagnóstico?
-Tuvimos reuniones con socialistas, populares y el PNV, para hablar de este año de elecciones, no solo en España. En Reino Unido tenemos elecciones legislativas el 7 de mayo. Los dos países han reformado mucho en los dos últimos años de crisis, ahora salimos de esta crisis con niveles de crecimiento de los más altos de Europa, y creo que es muy importante que continuemos el proceso de reformas para crecer. Por ejemplo, con un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea que facilite las exportaciones de las empresas vascas.
En materia de autogobierno, ¿por qué decidió Reino Unido arriesgarse a permitir la consulta de Escocia cuando podría haber llevado a la desmembración del país?
-Tenemos nuestra propia historia, nuestra tradición constitucional, sin Constitución. Es un poco diferente a otros países, por eso se dan cosas que son más difíciles en otros casos. Lo importante es que hemos tenido esa campaña, con un nivel de participación histórico, con un resultado claro a favor de la continuación de la unión y, tras el resultado, todos los partidos, incluso los independentistas, han trabajado juntos para establecer un camino de reforma con nuevas leyes de descentralización, con nuevos poderes a Escocia, pero también la semana pasada hubo nuevos compromisos para Gales. No va a ser café para todos, va a ser solución con té, con soluciones distintas para cada una de las cuatro naciones del país. La solución para Gales va a ser distinta a la solución para Escocia, y la solución para Irlanda del Norte será distinta también. Es el resultado de nuestra historia y la demanda de nuestros ciudadanos. También se va a trabajar en el papel de las ciudades, dándoles nuevos poderes. Manchester, como Bilbao, fue una ciudad industrial que ha conocido el terrorismo, y ahora es un éxito económico.
¿Buscar una solución, hacer una consulta y además reformar el Estado, es una forma de evitar que surjan tensiones?
-Vamos a encontrar un nuevo equilibrio constitucional en nuestro país que va a ser diferente del pasado. Para mí es muy positivo para reconocer las naciones e intentar reforzar la relación en el Estado de Reino Unido y los vínculos de relación entre el Estado y el ciudadano. En parte da respuesta a esta sensación que hemos visto en algunos países de pérdida de confianza por parte de los ciudadanos en el Estado y en los líderes. Trabajamos para un nuevo equilibrio constitucional y un futuro seguro.
¿En Reino Unido se comprende que España no permita una consulta en Catalunya o no reforme el Estado?
-Tenemos nuestra propia historia constitucional. Cada Estado debe concebir su propio camino legal. En el caso de los actos rusos en Crimea, un acto de secesión de Crimea va claramente en contra de todo el derecho internacional. Es muy importante que trabajemos en un marco legal y constitucional. España es un gran amigo y su unidad es importante.
Si algún día llegara la independencia de Escocia, Catalunya o Euskadi, ¿la Unión Europea pondría dificultades para que se sumaran al club?
-Como dijimos en la campaña en Escocia, establecerse como nuevo miembro de la Unión Europea es muy difícil. Conozco, por mi pasado como director de asuntos europeos, los retos de la Unión con estados ya independientes como Serbia, y es un proceso duro con razón, porque es muy importante que cada Estado pueda cumplir con todas las obligaciones. Para mí es difícil imaginar que, en el caso de nuevos estados que ya eran parte de un miembro existente, puedan pasar fácilmente este proceso.
¿Si Catalunya y Euskadi fueran independientes, por la industria y lo que ha podido conocer en sus visitas, serían viables económicamente?
-Tenemos una impresión muy positiva de la economía vasca y la catalana, por eso hemos traído un equipo a Bilbao. Lo que hemos dicho en nuestra campaña en Escocia es que en la creación de un nuevo Estado hay un nivel de incertidumbre muy importante para las empresas. No es que lo haya dicho yo. Las empresas que invirtieron en Escocia lo dijeron. Prefieren un futuro seguro.