barcelona - Partidos y entidades soberanistas de Catalunya suscribieron ayer un nuevo preacuerdo de hoja de ruta soberanista que, a diferencia del que se difundió el 13 de marzo, no cuenta con EUiA ni MES, habla abiertamente de elecciones plebiscitarias e independencia, y fija un plazo de un año y medio tras el 27 de septiembre para lograrla. Según informó la Asamblea Nacional Catalana (ANC), este consenso tuvo el respaldo de Convergència-Reagrupament, ERC, ANC, Òmnium Cultural, y la AMI, y prevé que si en las elecciones se imponen las fuerzas independentistas se proclame en 18 meses un nuevo Estado o República Catalana.

En ese plazo el Parlament deberá impulsar una declaración soberanista, redactar un proyecto de texto constitucional en un máximo de diez meses, crear y poner en marcha las estructuras de Estado necesarias, abrir negociaciones con el Gobierno español y la comunidad internacional, celebrar un referendo sobre la nueva Constitución catalana y convocar de nuevo elecciones.

Si se impusieran las fuerzas independentistas el 27 de septiembre, lo primero que debería hacer el Parlament es una declaración que marque el inicio del proceso “hacia la proclamación de un nuevo Estado”, una andadura que no puede quedar supeditada a posibles impugnaciones de este mandato. A partir de ahí, los diputados tendrán diez meses para redactar una nueva Constitución, un proceso en el que podrán participar de forma directa los ciudadanos a través de la “Convención Constitucional Catalana” y que deberá ratificarse con un referendo de carácter definitivo.

El texto prevé que la victoria del sí en ese referendo sobre la Constitución catalana culminará la transición y permitirá la proclamación de la independencia, y tras esa votación se convocarán unas nuevas elecciones para escoger un nuevo Parlament y negociar “las nuevas formas de relación con el Estado español y la UE”. En medio de ello, la Cámara catalana deberá crear y poner en marcha las estructuras necesarias para el nuevo Estado, entre las que el documento fija la Hacienda propia; la Seguridad Social catalana; la acción exterior; la transitoriedad legal, y la transición de infraestructuras estratégicas. En ese intervalo de 18 meses también se deberán abrir las negociaciones con el Ejecutivo que en ese momento gobierne en España sobre el reparto de activos y pasivos y sobre “las relaciones entre los nuevos Estados”, así como con la comunidad internacional para el reconocimiento y admisión de un nuevo Estado catalán.

carácter plebiscitario Para que las elecciones del 27-S puedan ser leídas en clave plebiscitaria, el preacuerdo defiende que su resultado sea de lectura “fácil e inequívoca para todo el mundo”, por lo que emplaza a las fuerzas soberanistas a acudir a los comicios con un primer punto del programa que evidencie de forma clara que votarlas es apoyar la independencia. Además, aboga por que los programas de estas fuerzas evidencien que el eje nacional y el social son inseparables, así como por que muestren una voluntad inequívoca de regeneración democrática, transparencia, rendimiento de cuentas, participación ciudadana y lucha contra la corrupción.

Con esta tesitura, lo que sí parece claro es que el 27 de septiembre habrá elecciones, es decir, que Artur Mas las convocará, algo que en las últimas fechas incluso se había puesto en entredicho desde algún sector, incluido desde el soberanista. - E. P.