leioa - Ha escrito usted sobre la crisis del régimen en el Estado, ¿a qué se refiere?
-Desde el punto de vista de las prácticas democráticas en todo este tiempo hemos visto que es un régimen donde ha habido corrupción, donde no hay tradición democrática, en el terreno social se ha aplicado el austericidio, y desde el punto de vista nacional no ha encarrilado ni el problema de Catalunya y Euskadi y además ha habido una contestación social a ese régimen. El régimen está en crisis pero de ahí no se deduce que por fuerza se vaya a alumbrar otro régimen distinto. La pugna será si se va a reformar el anterior o entramos en un proceso constituyente. Las urnas lo dirán.
¿Ha perdido fuelle el proceso soberanista catalán?
-No agoniza en absoluto. En las próximas elecciones municipales creo que se manifestará un cierto apoyo a las formaciones que defienden el proceso soberanista. Pero es verdad que la cerrazón del Estado ha desestructurado en parte las respuestas y habría dificultado el desarrollo unitario suficiente. También han pesado las políticas duras en el terreno social de Artur Mas. Además da la sensación de que se han generado desconfianzas. CiU parece que podría estar dispuesto a un pacto fiscal después de las elecciones del 27-S. Tampoco funcionan a tres bandas las tres corrientes que empujan en esa dirección: ERC, CDC y la CUP. Han aparecido problemas que han desgastado el proceso pero es posible que las municipales puedan a revitalizarlo y luego dos semanas antes de las elecciones del 27 de septiembre está la Diada que siempre ayuda.
En Euskadi este debate está en un impasse mirando de reojo cómo termina lo de Catalunya.
-Yo diría que estamos en stand by, mirando a ver qué ocurre en otras partes, mientras desconfíamos mutuamente y tenemos proyectos tan distintos que es difícil que puedan encontrar un punto de conexión para hacer una gran alianza por el derecho de decisión. El PNV estaría en uno de esos movimientos pendulares tradicionales en su historia, en una apuesta estatutaria y mirando la trasversalidad con el PSE, operación que entraña riesgos si el Partido Socialista pasa a ser una fuerza de medio peso. La izquierda abertzale está bastante desconcertada, sin líder y muy polarizada en el tema de la gestión de las secuelas de la violencia.
¿El encaje de Euskadi pasa por una reforma de la Constitución española o por la reforma del modelo de Estado?
-Debería de haber un proceso constituyente a escala en el Estado español pero en paralelo debería haber procesos constituyentes en Catalunya (están en ello) y procesos constituyentes en Euskadi, al menos en la CAV. Tenemos la experiencia de la etapa de Ibarretxe a efectos de pensar este proceso constituyente. Eso sería imprescindible para dar impulso al país, si se hace con unidad, para dar un salto hacia adelante y salir de este stand by en el que nos encontramos.