BARCELONA - La comisión del Parlament catalán que investiga la fortuna oculta de los Pujol fue ayer testigo de un asomo de autocrítica en la familia. Oleguer Pujol, en la comparencia de tres de los hijos, admitió que su padre, Jordi Pujol, erró al no renunciar en 1980, cuando ya era president de la Generalitat, al supuesto legado que su progenitor, Florenci, dejó a sus nietos, y reconoció que siempre han tenido en la familia el “debate ético” sobre si tenían que regularizar o no esa fortuna.
Oleguer Pujol, que en 1992 abrió una cuenta en Andorra con un “saldo expectante” de 62 millones de pesetas, explicó que conoció la existencia de este legado en 1990, cuando alcanzó la mayoría de edad. El hijo menor del expresident precisó que el legado se distribuyó a partes iguales entre su madre, Marta Ferrusola, y los siete hermanos.
Oleguer Pujol, que el pasado julio regularizó los 750.000 euros que tenía en un banco andorrano, añadió que nunca preguntó por el origen dinero y que los fondos de la familia fueron invertidos en productos “patrimonialistas y conservadores”, dado que su objetivo no era vivir de ellos. El hijo menor de los Pujol subrayó, además, que su familia siempre trató la cuestión relativa a estos fondos como un “secreto”. “Era una gestión basada en la confianza y en el concepto del secreto”, insistió.
regularizado con hacienda Oleguer Pujol desmintió que él tenga 3.000 millones ni los gestione de ninguna manera. No obstante, admitió haber sido un evasor fiscal, aunque negó hoy lo sea, ya que ha presentado varias declaraciones complementarias ante Hacienda, entre ellas por los 750.000 euros de sus fondos ocultos en Andorra. “Así lo contempla la ley Montoro: deja muy claro que, si se hace una regularización y se pagan los impuestos, no se puede abrir en ningún caso un procedimiento judicial”, explicó durante su comparecencia.
Respondía de esta forma a una pregunta de la diputada de la CUP Isabel Vallet sobre si se considera un defraudador por haber tenido dinero en paraísos fiscales sin regularizar: “El evasor es aquel al que se le abre una inspección, y este no mi caso”. “No estoy de acuerdo con esto. Yo no admito en ningún caso que sea un defraudador fiscal”, insistió el menor de los hijos varones de Jordi Pujol e imputado en la Audiencia Nacional por presunto blanqueo de capitales y delitos contra la Hacienda Pública.
el desmarque Mireia Pujol se negó a declarar en el Parlament y solo rompió su silencio para desmarcarse de su familia: “Ellos son ellos y yo soy yo”. La oposición afeó a Mireia Pujol que guardara silencio en el Parlament y le echaron en cara que hubiera adquirido un piso de protección oficial a primera línea de mar, de unos 127 metros cuadrados y plaza de aparcamiento, cuando ocultaba tanto dinero en Andorra.
“Me está haciendo preguntas que no se refieren a mí, sino a mis hermanos. Ellos son ellos y yo soy yo. Pregúnteme por mí, y no responderé”, añadió enojada, después de afrontar las preguntas de ERC, PSC, PP e ICV-EUiA sin apenas decir una palabra.
Antes de esta interrupción y después de su primera intervención en la que avisó que se acogía a su derecho a no declarar y no responder preguntas, solo había roto el silencio en respuesta a Marc Vidal (ICV-EUiA) para precisar que la familia no tiene cuentas en Suiza: “Fue un error”. En su comparecencia, los grupos querían que Mireia Pujol aclarara la fluctuación de su patrimonio, que durante 2012 y 2013 vio cómo se disparaba desde los 322.294 euros hasta los 639.018, unos movimientos que, tras saberse, dieron lugar a su imputación por parte del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona.
al día con hacienda Al igual que su hermano Oleguer, Josep Pujol Ferrusola aseguró que está “al día” con Hacienda, aunque sin aclarar si se ha acogido a una amnistía fiscal de regularización. El único de los hijos de Pujol no imputado afirmó que Hacienda le investigó de 2013 a 2014 y cerró el expediente “sin sanciones”. Además, aseveró durante su comparecencia mediante videoconferencia desde Miami (Estados Unidos), donde reside, que está “completamente limpio de corrupción” y que su familia no es “en absoluto” una “mafia”.
En su intervención, alardeó de sus buenas notas en Esade, se jactó de que a los 30 años “ya era un tío bastante rico que se ganaba bastante bien la vida” y presumió de que su primer sueldo era superior al que su padre cobraba como president de la Generalitat.
Subrayó que cada uno de los hermanos “ha ido por libre” para “ganarse la vida” con sus respectivas profesiones. “Mi legado me lo he administrado yo”, añadió para marcar distancias con sus hermanos. Josep Pujol también remarcó que su abuelo, Florenci, era un “señor rico que no tenía problemas de dinero” y apuntó que su padre “no habría sido capaz de hacer lo que hizo” como político, sin el apoyo de su progenitor.