Kiev - Ucrania pidió ayer el despliegue de fuerzas de pacificación en el Este del país y en la frontera con Rusia, tras sufrir en Debaltsevo la mayor derrota en diez meses de guerra con los separatistas prorrusos. Después de rechazar durante meses el despliegue de un contingente internacional con el argumento de que eso congelaría el conflicto, el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, propone ahora una misión de paz “en virtud de un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU”. “La variante más óptima” sería una misión policial de la Unión Europea (UE), que sería emplazada tanto en las regiones de Donetsk y Lugansk, como en la frontera ruso-ucraniana, explicó ayer el líder ucraniano.
“Rusia, como país agresor, no puede y no participará en la operación de pacificación en Ucrania”, recalcó Poroshenko tras reunirse con el comisario europeo de Ampliación, Johannes Hahn.
El presidente ucraniano advirtió que Kiev nunca aceptará “un formato de misión de paz que legitime el contingente militar ruso de miles de efectivos” presente en territorio ucraniano.
“Con esos pacificadores ya tenemos más que suficiente”, ironizó.
Los separatistas rechazaron de inmediato el posible despliegue de fuerzas de paz en la frontera, aduciendo que eso supondría una ruptura de los acuerdos de paz suscritos el pasado 12 de febrero en la cumbre de Minsk. Recuerdan que, según ese documento, antes de proceder a abordar el asunto fronterizo, Kiev y los prorrusos deben convocar elecciones locales, además de introducir una amnistía para los combatientes y levantar el bloqueo económico de las zonas rebeldes.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Ucrania, Pavel Klimkin, precisó que “si se trata de una misión conjunta de la UE y de la ONU, abogaremos porque el componente europeo sea mayoritario” y agregó que “si Rusia no acepta tales garantías, significa que no apoya el cumplimiento de los acuerdos de Minsk”.
para cumplir el acuerdo de minsk “Considero que el contingente de paz será de gran ayuda en la realización de los acuerdos de Minsk. Necesitamos auténticas garantías, ya que tenemos continuos ataques y violaciones de los acuerdos por parte de las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y no sólo en Debaltsevo”, señaló.
Klimkin adelantó que planteará el asunto en la próxima reunión de ministros de Exteriores de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, cuyos líderes participaron hace una semana en la cumbre de Minsk.
En respuesta, la Cancillería rusa manifestó que desconoce los detalles de la iniciativa, pero que “la principal responsabilidad del arreglo del conflicto y el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en Minsk recae en las partes del conflicto en Ucrania”. El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, recordó que en el documento aprobado en Minsk se menciona el papel de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) como garante del alto el fuego, pero no de la UE o de la ONU, y sugirió que Kiev podría estar buscando una forma de eludir los acuerdos de paz.
La iniciativa de Poroshenko coincide con la dolorosa derrota en Debaltsevo, estratégico nudo de comunicaciones que enlaza los bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk, y que fue abandonado deprisa y corriendo por las tropas gubernamentales.