Kiev - La ofensiva general lanzada ayer por las milicias prorrusas contra la estratégica ciudad ucraniana de Debaltsevo amenaza los acuerdos de paz de Minsk, que incluyen un alto el fuego que entró en vigor el pasado domingo. “Lamentablemente, ni Rusia ni las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk cumplen los acuerdos” alcanzados el 12 de febrero en Minsk, denunció Valeri Chali, jefe de la Administración Presidencial ucraniana. Menos de una semana después de la cumbre entre Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, el proceso de paz ha encallado en el primero de los trece puntos, el alto el fuego, que debía haber dado paso el lunes a la retirada del armamento pesado.

Además, esto ocurrió justo después de que los líderes de esos cuatro países mantuvieran la noche del lunes consultas telefónicas en las que acordaron “pasos concretos” para que los observadores de la OSCE, garantes del acuerdo, pudieran supervisar el cese de las hostilidades. Aunque los combates en la zona nunca llegaron a parar realmente, los rebeldes lanzaron la mañana de ayer un ataque masivo contra ese nudo de comunicaciones defendido por varios miles de efectivos gubernamentales. “Creo que en cuestión de horas, máximo al final del día, habremos despejado completamente Debaltsevo”, pronosticó Vladimir Kononov, jefe del mando militar separatista, a la televisión rusa.

Las tropas ucranianas “se encuentran casi totalmente desmoralizadas, ya que han sido privadas de suministros y pertrechos”, aseguró y agregó que “su única opción es deponer las armas y rendirse”. Los rebeldes aseguran controlar ya parte de la ciudad, incluida la estación ferroviaria situada a las afueras de Debaltsevo, pero reconocen que los soldados ucranianos están ofreciendo una feroz resistencia.

Según los portavoces de la autoproclamada República Popular de Donetsk, las bajas mortales entre las fuerzas ucranianas se cuentan por decenas y “alrededor de 300 soldados ucranianos ya se han rendido”. Como excusa para justificar su ofensiva, los insurgentes adujeron que Debaltsevo, cruce de caminos entre los principales bastiones prorrusos de Donetsk y Lugansk, es parte de su territorio y que la declaración de alto el fuego no le afecta.

Versión ucraniana Aunque a regañadientes, tras horas de encarnizados combates en los que participan tanques, piezas de artillería y morteros, el mando militar ucraniano reconoció que “parte de la ciudad está bajo control de los guerrilleros”. “Los rebeldes han penetrado en la ciudad y han procedido a limpiar algunos barrios. Cada vez nos es más difícil defender nuestras posiciones”, admitió Ilia Kiva, subjefe de la policía de Donetsk.

El portavoz castrense ucraniano, Igor Lisenko, acusó a Rusia de enviar en las últimas horas 12 carros de combate ligeros y 54 camiones cargados de munición a los separatistas. “A pesar del régimen de alto el fuego, el enemigo se prepara para combatir”, denunció. Al respecto, Chali advirtió de que el incumplimiento del alto el fuego “conducirá a una mayor escalada (del conflicto) y, evidentemente, a un giro en la situación”. “Con el apoyo de Rusia, los guerrilleros quieren, de hecho, cercar Debaltsevo y de esa forma impedir cualquier posibilidad de cumplimiento de esos acuerdos”, aventuró.

Y apeló a los participantes en la cumbre de Minsk, así como a la Unión Europea, la OTAN y la ONU, a entender que “la escalada amenaza no solo la integridad territorial y soberanía de Ucrania, sino la seguridad de Europa (...) y del mundo”. Los portavoces separatistas negaron de inmediato las acusaciones con el argumento de que Debaltsevo ni siquiera fue mencionado en los acuerdos de paz. “Sobre Debaltsevo, en Minsk nadie habló. Era nuestro territorio y lo seguirá siendo. Y Ucrania no debe preocuparse de ello”, dijo Eduard Basurin, subjefe del mando rebelde en Donetsk.

En cuanto al cumplimiento del segundo de los trece puntos de los acuerdos de Minsk -la retirada del armamento pesado de una zona desmilitarizada de entre 50 y 140 kilómetros-, Kiev reconoció que el incumplimiento de la tregua impide el inicio de ese proceso. Según la prensa, los rebeldes nunca renunciaron a recuperar Debaltsevo, incluso después de firmar los acuerdos de Minsk, motivo por el que sus negociadores pidieron que el alto el fuego entrara en vigor el domingo y no de inmediato, como quería el bloque franco-alemán.

El propio presidente ruso, Vladimir Putin, insistió durante la cumbre en que las tropas ucranianas estaban rodeadas allí por los rebeldes, por lo que debían entregar la ciudad para evitar una reanudación de los combates a gran escala.