Bilbao - A escasas fechas de que se cumpla el tercer aniversario del fallecimiento de Iñigo Cabacas por el impacto de una pelota de goma, el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, admitió ayer que la carga en la que el joven de Basauri resultó mortalmente herido fue incorrecta. Preguntado en Euskadi Irratia acerca de si la decisión de cargar en la noche del 5 de abril de 2012 en la calle María Díaz de Haro en Bilbao fue apropiada, respondió: “Si tenemos en cuenta lo que ocurrió, la respuesta tiene que ser que no. El daño fue demasiado grande, más grande que lo que se pretendía conseguir. Los datos están ahí y no se puede decir lo contrario”.

El director de la Policía vasca, que accedió al cargo en diciembre de 2012, afirmó que “todos” en el Departamento de Seguridad esperan que se sepa cuanto antes quién realizó el disparo que mató a Cabacas en los alrededores de San Mamés, tras un partido disputado entre el Athletic y el Schalke 04. Eso sí, reconoció que “no es fácil” por una cuestión técnica. “Si se utiliza una pistola, hay unas marcas, unas estrías, para saber de qué arma ha salido el proyectil y quién realizó el disparo. Pero en el caso de las escopetas de pelotas de goma, estas no tienen marcas y puede ser una pelota que haya salido de cualquier escopeta. Entonces la dificultad es mayor”, explicó.

Precisamente, el caso Cabacas se reactivó el pasado jueves con la declaración ante la jueza instructora de dos ertzainas, uno de ellos el responsable del búnker de la comisaría de Bilbao a cargo de las escopetas lanzadoras de pelotas y de los propios proyectiles. Dicha comparecencia, solicitada por la acusación particular en julio del año pasado, se produjo en el contexto de las informaciones que apuntan a una falta de control de ese material en el momento en que sucedieron los hechos y a una ausencia de registros sobre su uso. Ayer estaba previsto que acudieran a los juzgados dos agentes de la Policía Nacional para ratificar las pruebas periciales que realizaron en su momento en el lugar del suceso.

Gervasio Gabirondo destacó ayer que la Ertzaintza ha colaborado “desde el primer momento” con la Justicia, porque, según aseveró en Euskadi Irratia, “nuestra intención es aligerarlo y, en la medida de lo posible, que este tema termine ya”. “Ni a nosotros ni creo que a nadie le interesa que este caso esté dando vueltas y vueltas tanto tiempo, y ya va siendo hora de que acabe. A nosotros no nos hace ningún favor, para nada, y nos interesa que se aclare cuanto antes y que la gente sepa qué ocurrió y quién fue. Si hay opción de saberlo, que lo sepamos cuanto antes y listo”, señaló.

Coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de Iñigo Cabacas, Gabirondo afirmó que este hecho debía calificarse de “accidente” porque “nadie tenía voluntad de crear el daño que se ha creado”. Ayer dijo que “el final más apropiado” para el caso Cabacas sería “saber quién disparó y, a partir de ahí, conocer qué es lo que le sucedió a esa persona para que ocurriera eso”, ya que, en su opinión, “no basta con saber quién disparó, sino también qué situación había por detrás, para hacer una valoración general”. “Eso sería lo apropiado y lo que esperamos todos”, concluyó.

Nuevo modelo El director de la Er-tzaintza defendió también la transformación en que está inmerso el cuerpo, asegurando que “hemos estado con ETA muchísimos años y eso era una situación, ahora estamos en otra y eso requiere cambios”. Añadió que lo primero que modificó la actual dirección fue “sacar a la gente a la calle”, en referencia al aumento de agentes de a pie, con el objetivo de “acercar a las patrullas y a los ertzainas a la gente. Y para hacerlo no se hizo ningún cambio, ni en horarios, ni en salarios”. Admitió, eso sí, que “los mayores cambios se han producido en la Unidad de Vigilancia y Rescate -incluyendo los horarios laborales- porque debemos actuar de otra manera para dar una mejor respuesta”.