BILBAO - ¿Cómo plantea Euskal Hiria la cuestión del derecho a decidir del pueblo vasco?
-Es difícil de abordar el derecho a decidir referiéndose solo a Euskadi. No partimos del concepto de soberanía del Estado-nación del siglo XIX. Para nosotros la soberanía no está en un sujeto político que sea Euskadi o España, sino que el sujeto político son las ciudadanas y los ciudadanos. La capacidad de decisión, sobre todo en las cuestiones importantes, se tiene que hacer teniendo en cuenta la voluntad de los ciudadanos. Cualquier decisión relativa al estatus político que pueda tener Euskadi, o sobre las relaciones que Navarra pudiera o quisiera tener con el resto de Euskal Herria, o sobre las relaciones de Euskadi con el resto del Estado, para nosotros no son cuestiones prioritarias en la agenda, ni tampoco para los vascos de a pie. En el Euskobarómetro no aparece entre las diez principales preocupaciones de los vascos. Sin embargo, los políticos lo han colocado en el primer lugar de las preocupaciones.
Una consulta despejaría las dudas.
-No es contar con la ciudadanía el que un gobierno se saque de la chistera una pregunta para que la gente decida sí o no. El que se cuente con la ciudadanía es más que todo eso, consiste en que la ciudadanía esté implicada en todo el proceso, primero de abajo arriba y luego de arriba abajo. La ciudadanía tiene que debatir y decidirlo todo, desde qué se le va a preguntar, el cómo y el cuándo. No valen trampas y que los gobiernos hagan preguntas ad hoc para ganar.
¿Debe el problema nacional vasco solucionarse a través del derecho a decidir?
-El derecho a decidir se está utilizando de forma incorrecta. Se mezclan tres derechos: el derecho a decidir que es un derecho individual que incluye el derecho al aborto, a tomar decisiones sobre tu propio cuerpo, el de los discapacitados? el derecho a que nadie te pueda prohibir tomar decisiones; luego está el derecho a la participación política directa, que es el que confusamente se llama derecho a decidir; y por último, el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Para nosotros no se pueden tomar decisiones sin tener en cuenta a la ciudadanía. La ciudadanía que quiere vivir en un espacio tiene que tener cauces y ser consultada para ver cómo se organiza ese espacio. Puede ser una nación, una parte de esa nación o estado, o hasta un municipio. Todos los habitantes de cualquier sitio tienen que tener la posibilidad de cambiar de estatus si están a disgusto con el vigente.
Independencia de Euskadi ¿sí o no?
-No sé si hay alguien que sea partidario de la independencia de Euskadi. Si Euskal Herria está a día de hoy dividida en dos Estados y separada por una frontera, crear un estado más, un tercer estado, y separado no ya por una frontera sino por dos, sería contraproducente. Plantear ahora la independencia de Euskadi estando los navarros en contra es generar más desunión dentro de los vascos. De hecho, el nacionalismo vasco mayoritario no está en esa opción porque sería una opción más de desunión que de unión. La cuestión de la territorialidad hace que plantear la independencia en Euskadi sea más difícil de articular, a pesar de que el independentismo aquí sea más fuerte que en Catalunya, donde no tienen este problema de la territorialidad.
¿Euskadi es un sujeto político?
-Lo que es sujeto político es la ciudadanía. En un problema que pueda tener, por ejemplo, el municipio de Bermeo igual podríamos decir que Bermeo es un sujeto político. El sujeto político son los ciudadanos de la calle, todos ellos y en todos los ámbitos y de una forma inclusiva. No queremos que este país sea un archipiélago de pequeñas comunidades separadas. - H.U.