berlín - El Gobierno rojiverde sueco desactivó ayer la mayor crisis política del país en décadas al anunciar un acuerdo con el centroderecha que anula la capacidad de desestabilización de la ultraderecha y evita adelantar a marzo las elecciones. El primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven, anunció “orgulloso” este pacto, denominado el Acuerdo de diciembre, que, en sus propias palabras, aseguró que en el futuro “Suecia pueda ser gobernable” a pesar de una “difícil situación parlamentaria”.

Por este acuerdo, que suscriben todas las formaciones en el Riksdag (Parlamento sueco) menos La Izquierda y los ultraderechistas de Demócratas de Suecia (DS), se refuerza temporalmente -hasta los comicios generales de 2022- y con carácter general el poder de los ejecutivos que gobiernen en minoría. En concreto, el acuerdo sanciona que el candidato del partido con más apoyos en el Riksdag se convierta en primer ministro y que sus proyectos de presupuestos generales reciban el pertinente respaldo parlamentario.

cooperación Además, los socialdemócratas y los verdes cerraron acuerdos de cooperación con los cuatro partidos de centroderecha que conforman la Alianza en ámbitos como defensa, energía y sistema de pensiones. De esta forma, no habrá elecciones anticipadas en tres meses, como se barajó a principios de diciembre, ya que el ejecutivo rojiverde, que gobierna en minoría, recibirá el apoyo de la Alianza -conservadores, cristianodemócratas, centristas y liberales- para sacar adelante sus primeras cuentas de la legislatura.

La estrategia del primer ministro sueco, el gran acuerdo pro-estabilidad del centroizquierda y el centroderecha de su país, persigue en el fondo neutralizar la influencia parlamentaria de DS, clave con un 14% de los escaños debido a un legislativo muy fragmentado.

Los ultraderechistas, por su parte, respondieron indignados al anuncio del primer ministro avanzando su intención de tumbar al jefe del Ejecutivo con una moción de censura en el Riksdag. El anuncio de Löfven se produjo tres días antes de que el 30 de diciembre concluyera el plazo oficial que tenía el Ejecutivo sueco para convocar formalmente elecciones parlamentarias, ya que el primer ministro había apuntado al 22 de marzo como posible fecha. - Efe