madrid - En plena controversia sobre el secretario general del PSOE y las dudas que Pedro Sánchez está generando entre algunos dirigentes socialistas, la presidenta de la Junta y máxima responsable de la poderosa federación andaluza, Susana Díaz, no dejó ayer pasar otra oportunidad de marcar diferencias con la dirección a la que tanto ayudó a ganar las primarias, lo que vuelve a poner de manifiesto que las aguas siguen bajando revueltas por la sede de Ferraz pese al cambio en el liderazgo del partido.

En acto, presentada por el líder de los socialistas de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y en presencia del exministro José Bono, la presidenta andaluza recordó que ya tuvo oportunidad de aspirar a liderar el PSOE cuando hubo que elegir al sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba, además de reconocer que tiene “ambición por cambiar las cosas” y “tener la confianza de la gente”.

“Pude ser secretaria general el pasado verano... O no, porque quizás no me hubieran votado. El tren pasó, ahora no me preocupa. Si vuelve a pasar el tren, ya se verá, y si no pasa, tampoco pasa nada”, respondió Díaz cuando fue preguntada por sus aspiraciones futuras.

No reconoció que haya tensiones con el secretario general, aunque quiso dejar claro que mantendrá su línea de decirle lo que no le guste porque para ella eso es “lealtad”. Cuando se le preguntó por las críticas a la gestión de Sánchez que se han atribuido a su federación. Díaz recalcó que es una mujer “de partido” y que, en consecuencia, el líder de los socialistas “siempre” contará con su apoyo.

líos internos A partir de aquí, la líder de los socialistas andaluces evitó hacer “ciencia ficción” sobre sus aspiraciones futuras y vino a decir no quiere “líos internos” ni dar un “mensaje equivocado” con el argumento de que le parece “una frivolidad” hablar de estos asuntos “cuando la gente lo pasa tan mal”. Y preguntada acerca de si ve improvisaciones y bandazos en la gestión de Pedro Sánchez, se limitó a asegurar que el PSOE “está donde tiene que estar, que es en la centralidad de este país”, que ha contribuido a “vertebrar”. Eso sí, a la hora de hablar del proceso soberanista catalán, Díaz lo hizo con la autoridad de que quien se siente la voz dominante en el partido al afirmar que va a “seguir” apoyando al presidente Rajoy en el “conflicto con la Generalitat”, como ha hecho hasta ahora, pero le avisó de que “las leyes hay que cumplirlas todas”, incluida la que prevé que se reforme el modelo de financiación autonómica.

Lo que sucedió ayer después de las palabras de la presidente andaluza fue que numerosos cargos del partido salieron a desmentir que haya desavenencias en el PSOE, como el secretario de Economía, Manuel de la Rocha, quien cree que Pedro Sánchez es “el mejor activo” que tiene su partido y que toda la dirección federal está como una “piña” con él, negando que haya un pulso con Díaz.

El responsable de Economía del PSOE dijo desconocer de dónde surgen las suspicacias, pero apuntó que “hay mucho de prensa que está tratando de incitar la división y mucho sensacionalismo”.

“no hay mala sintonía” En la misma línea, la presidenta del PSOE y del PSOE-A, Micaela Navarro, aseguró que no cree que la presidente de la Junta esté pensando en otra cosa que no sea dar solución a los problemas de esta comunidad. Según Navarro, cuando ha visto a Díaz y Sánchez juntos no ha percibido “mala sintonía” en absoluto. Recalcó que puede haber “diferencias” en relación con algunas cuestiones, “pero eso no va más allá”.

Desde Andalucía, el portavoz parlamentario Mario Jiménez defendió el papel “fundamental” que desempeña la federación andaluza, la “más importante” del partido, pero ha subrayado que ello no significa “el cuestionamiento de nadie ni de nada”, Jiménez insistió en que el secretario general tiene todo el apoyo de Andalucía, “aunque otra cosa es lo que se quiera escribir”, tras lo que negó que exista una pugna interna por el liderato. “No se está dando ninguna bicefalia ni inestabilidad; el PSOE tiene un secretario general, y tiene todo el apoyo del partido”. - DNA