Con el país abocado a una recesión económica y aislado por su papel en la crisis de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó ayer a Occidente de tratar de hundir a Rusia a cualquier precio y de intentar levantar un nuevo Telón de Acero. “Algunos Gobiernos de ciertos países intentan levantar alrededor de Rusia una especie de nuevo Telón de Acero”, señaló en su discurso anual sobre el estado de la nación, pronunciado en una ceremonia solemne en el Kremlin, un Putin serio, seguro de sí mismo y bastante desafiante. Fue incluso más allá y aseguró que “a algunos países les gustaría ver a Rusia desmantelada como Yugoslavia”, pero que “Moscú no lo permitirá”.
Apenas tuvo un resquicio para la humildad cuando reconoció que las sanciones internacionales impuestas a Moscú tras la anexión de Crimea ya han hecho daño al país, para advertir a continuación de que vienen tiempos duros y anunciar algunas medidas liberalizadoras de la economía. “Hablar con Rusia desde una posición de fuerza es inútil. La política de contención no fue inventada ayer, se aplica contra nuestro país desde hace muchos años, siempre, se puede decir que décadas, si no siglos”, apuntó el mandatario ante los más de mil invitados de la elite política.
El discurso de Putin era esperado con impaciencia y curiosidad habida cuenta de que en el año transcurrido las relaciones de Rusia con Occidente han caído bajo mínimos, casi tanto como la moneda nacional, el rublo, afectada por las sanciones y el desplome de los precios del petróleo. Putin reconoció que las sanciones son “perjudiciales” para Rusia, pero también para sus iniciadores, y se mostró convencido de que, incluso sin la anexión de Crimea y la crisis en Ucrania, Occidente “habría encontrado otro pretexto” para imponerlas. Precisamente, el líder ruso dedicó la primera parte de su intervención a defender la actuación del Kremlin en el conflicto de Ucrania, volvió a reiterar que el cambio de poder en Kiev se debió a “un golpe de Estado” y calificó la anexión de la península de Crimea de acontecimiento “histórico” y “sagrado”.
“Rusia, de hecho, demostró que es capaz de defender a sus compatriotas, promover la libertad y la justicia”, manifestó, en alusión a los separatistas prorrusos del este de Ucrania, a pesar de que Moscú sigue negando su implicación oficial en el conflicto. Por ello, criticó a Occidente por apoyar al Ejército ucraniano y afirmó que “ahora intentan convencernos por todos los medios de que esta es la política más sopesada y acertada, y que nosotros debemos subordinarnos de manera ciega y sin pensarlo. Esto no ocurrirá”, zanjó.