Bilbao - El lehendakari no acudirá este sábado al tradicional homenaje a la Constitución española, un acto que tendrá lugar en el Congreso y que ensalzará la norma en su 36 aniversario. Que Iñigo Urkullu se descuelgue no supone ninguna novedad, ya que ningún lehendakari del PNV ha participado en esas conmemoraciones, pero este año su gesto podría tener un trasfondo adicional porque Lakua no oculta su descontento con las intromisiones de Madrid en las competencias vascas. En realidad, las denuncias por invasiones competenciales han sido una constante desde que Mariano Rajoy accedió a La Moncloa y desde que, con el argumento del ahorro económico impuesto por Europa, activó recortes en áreas gestionadas por Euskadi como la sanidad -con el copago farmacéutico- o el salario y los horarios de los funcionarios, pero en los últimos meses el descontento del Gobierno Vasco ha ido en aumento. Ve cómo transcurren las semanas sin que se reconduzca la situación, hay en torno a una treintena de conflictos competenciales sobre la mesa y, aunque la relación es correcta y cordial con el Gobierno español y el grupo del PP en el Congreso a nivel personal, rara vez se pasa de las buenas palabras a los hechos, según han denunciado los jeltzales en más de una ocasión.

Fuentes de Lehendakaritza consultadas aseguran que no acudirán ni el lehendakari ni nadie de su Ejecutivo porque no se sienten “identificados” con esa jornada. “Se está vulnerando constantemente el Estatuto”, abundan. En las últimas jornadas, los jeltzales han arañado un acuerdo para que el Estado respete las 120 plazas de la oferta pública de empleo de la Er-tzaintza, pero sigue sin haber acuerdo sobre otras materias de calado como la reforma educativa de Wert.

La legislatura de Rajoy va tocando a su fin y tampoco hay acuerdo para transferir a suelo vasco las competencias que quedaron encarriladas con el Gobierno de Zapatero, como los ferrocarriles, las autopistas o el fondo de garantía salarial que se encarga de pagar salarios pendientes a los trabajadores de empresas insolventes, unas cuestiones que no exigirían grandes negociaciones y en las que solo restaría estampar la firma. Si hubiera acuerdo sobre esas cuestiones, deberían plasmarse en los Presupuestos estatales y, teniendo en cuenta que las últimas Cuentas de la presente legislatura se aprobarán entre los días 16 y 18 de ese mes, Rajoy dispone de muy pocos días para lanzar un guiño al PNV. Las mismas fuentes precisan que, por el momento, el presidente español no ha dado respuesta a las demandas, aunque seguirán exprimiendo las opciones de acuerdo “hasta el final”. “No tiraremos la toalla e intentaremos que se incorporen las enmiendas”, explican desde Lakua.

También está pendiente el acuerdo sobre el Cupo -el dinero que paga Euskadi a Madrid por los servicios que presta en suelo vasco y en concepto de solidaridad con otros territorios-, las inversiones en el tren de alta velocidad y la reapertura del aeropuerto de Foronda las 24 horas. Fuentes del PNV en el Congreso confirmaron a este periódico que tampoco acudirán diputados o senadores jeltzales al homenaje.

Los lehendakaris del PNV nunca han acudido al homenaje a la Constitución, en consonancia con la frialdad con la que respondieron los vascos al referéndum de 1978. Se abstuvo el 55,35% del censo, un total de 860.000 personas que prácticamente duplicaron el número de votos afirmativos, 479.205. Votaron en contra 163.191. Aunque en Catalunya logró un apoyo abrumador del 91%, algunos jefes del Govern también se han ausentado de la celebración, como el socialista Pasqual Maragall, que nunca acudió a la cita. Jordi Pujol lo hizo por última vez en 1988 y, en las convocatorias más recientes, también se ha ausentado Artur Mas. En cualquier caso, desde varios ámbitos se ha acostumbrado a señalar el caso vasco como la gran excepción y, cuando el socialista Patxi López fue investido lehendakari con el apoyo del PP, se apresuró a poner fin a esa singularidad acudiendo al homenaje, aunque después de su primera asistencia delegó en la consejera Isabel Celaá. Su gobierno rompió otra tradición más al acudir al desfile militar del 12 de octubre, Día de la Hispanidad.

Los jeltzales no han acudido al considerar que el Estado no ha solucionado el problema de encaje de las nacionalidades históricas. Además, en distintos ámbitos se ha señalado que Madrid incumple la Constitución con sus invasiones competenciales porque su artículo 2 no solo prevé la unidad de España sino que “reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones”. Asimismo, su disposición adicional primera ampara los derechos históricos y su actualización.

Reforma del PSOE Mientras el PNV toma distancias con el evento, el PSOE contribuirá a que el homenaje quede un tanto deslavazado, ya que todo apunta a que aprovechará ese día para pedir una reforma de la Constitución que mejore el Estado de las autonomías. El portavoz del socialismo en el Congreso, Antonio Hernando, avanzó ayer que su partido registrará al fin “en los próximos días” su iniciativa para que la Cámara cree una subcomisión que estudie la reforma, un anuncio que llega precisamente en puertas del aniversario. No concretaron si registrarán la iniciativa antes o después del homenaje del sábado.

Fuentes de Lehendakaritza aseguran que aún no han tenido contacto con el líder socialista, Pedro Sánchez, y que el PSOE aún no les ha detallado la propuesta de reforma. El lehendakari no cree que ese cambio deba ser un fin en sí mismo, sino que debería llegar en todo caso y si fuera necesaria tal reforma cuando culmine el proceso de reflexión sobre el modelo territorial. No quiere que la idea de la reforma distraiga sobre el objetivo real.