Bilbao - John Carlin (Londres, 1956) cuenta con una larga carrera profesional en la que ha publicado artículos en medios como Financial Times, New York Times, The Independent, BBC o CBS, y ha escrito obras como Heroica tierra cruel. Mañana estará firmando ejemplares de la biografía de Nadal a las 19.00 en El Corte Inglés de la Gran Vía de Bilbao.
Es su primera biografía, ¿cómo ha sido la experiencia?
-Había escrito un par de libros sobre Mandela, pero no una biografía como tal. La experiencia ha sido genial. Constaté que Nadal es tan encantador en privado como en público.
Rafael Nadal tiene 28 años, ¿escribiría una segunda parte?
-Hasta el momento no se ha hablado de ello, pero si él quisiese, yo me prestaría feliz.
Usted ha sido jefe del diario ‘The Independent’ en Sudáfrica, ¿qué situación arrastra el país?
-Los problemas de Sudáfrica son los problemas que tienen muchos países: corrupción en el mundo político, mala administración de los recursos del Estado y del Gobierno... Por otro lado es un país en el que hace 20 años mucha gente no apostaba que se establecería una democracia, y sin embargo hoy cumple todos los requisitos fundamentales de una democracia occidental, como libertad de prensa, independencia de instituciones judiciales, elecciones libres... Si lo pones en una balanza ha sido un éxito pero, como en todos los países, aún queda por hacer.
Usted tuvo una buena relación con Nelson Mandela.
-Sus objetivos básicos están logrados: acabar con el apartheid y establecer una democracia sólida. Sin embargo, influirá en su desarrollo el que los gobiernos que le sigan no estén a la altura de Mandela en cuanto a honestidad y eficiencia.
¿Cómo definiría a Mandela?
-Era una persona carismática, como nunca he visto en mi vida. Alguien coherente que predicaba lo que hacia en público y en privado; también astuto y un hábil manipulador en el sentido que podía ganarse a sus amigos y a sus enemigos. En definitiva: era un hombre encantador.
Difícil encontrar a políticos que se le asemejen.
-No hay ninguno. Vivimos una época de líderes políticos muy mediocres. Lo mires por donde lo mires, no hay nadie que esté a su altura.
Es de Gran Bretaña. ¿Cómo ha vivido el referéndum de Escocia?
-En el referéndum para mí era muy importante que se dijera que no a la independencia. Me hubiese dolido mucho que Gran Bretaña se rompiera. Para mí ese país alberga diferentes culturas pero bajo la misma identidad. Me hubiese sentido partido por la mitad si se hubiese roto la unidad.
¿Cree que la respuesta negativa en la consulta reforzará el sentimiento de pertenencia a Gran Bretaña?
-Creo que la identidad escocesa está muy definida y a prueba de balas. No creo que ser independiente de Gran Bretaña refuerce esa identidad cultural forjada durante siglos. Lo que está claro es que no va a haber un referéndum durante mucho tiempo después de este.
Pero Escocia tendrá ahora una mayor autonomía.
-Por supuesto, eso estaba dentro del pacto, aunque no sé si tendrá tanta autonomía como la que tiene aquí Euskadi.
El Papa dice que vivimos una Tercera Guerra Mundial, ¿exagera?
-Si comparamos lo que se vive ahora con la Primera o la Segunda Guerra Mundial, exagera. Es importante el papel de la diplomacia internacional para buscar diálogo y vías de comunicación, pero lo que sí es cierto es que el liderazgo del mundo es más mediocre y más incierto que en décadas anteriores.