Pamplona - Después de que la reforma fiscal haya servido para cruzar reproches de todos los grupos contra el Gobierno navarro, finalmente se ha tornado en la excusa para que regionalistas y socialistas vuelvan a hacer piña en el Parlamento, por encima de todos los demás. Una vez que el PSN presentó ayer de forma oficial su propuesta, a UPN le faltó tiempo para mostrar abiertamente su disposición a apoyarla. Solo una hora más tarde de que se registrara, el portavoz parlamentario regionalista, Carlos García Adanero, salió ante los medios de comunicación a decir que el partido del Gobierno está “en disposición de apoyar” las medidas que plantean los socialistas porque “van en la línea de las que planteó el Gobierno”. Toda una sentencia sobre la reforma fiscal del PSN, que sus impulsores presentaron como novedosa y que, en cambio, se asemeja demasiado a la propuesta de UPN que el Parlamento ya rechazó.

La propuesta que hizo el viernes el PSN y que ayer registró en el Parlamento para su tramitación contempla modificaciones un poco más sensibles que UPN pero, de fondo, presenta la misma esencia: renunciar a parte de la recaudación (unos 35 millones según los cálculos socialistas) a costa de mantener parte de los beneficios a las rentas altas. Aunque sí prevé la vuelta a los niveles de IRPF de 2011 para las rentas bajas y medias, también favorece a las rentas altas y deja el tipo máximo en el 48%, cifra cercana al 46% propuesto por UPN. En Patrimonio plantea que el mínimo exento se fije en 800.000, también límite semejante al millón propuesto por UPN. En Sociedades, el PSN propone un abanico de entre el 24% y el 19%, y UPN del 20%, mientras en el resto del Estado está en 28%.

Unas coincidencias que llaman la atención, más teniendo en cuenta que cuando hubo que valorar la propuesta de UPN, el PSN dijo que lo planteado por los regionalistas era una copia de lo propuesto por el PP en Madrid. Solo unas semanas después y a pesar de la oportunidad que se le abría al PSN de pactar con el resto de la oposición una reforma más progresista, que no renunciase a nada de la recaudación actual (una postura más cercana a la defendida por Geroa Bai), los socialistas han optado una vez más por alinearse con UPN.