Brasilia - La recuperación económica y la lucha contra la inflación serán prioritarias en el segundo mandato de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reelegida este domingo para otros cuatro años, afirmaron ayer portavoces de su campaña.
“Habrá un combate implacable para mantener la inflación bajo control” y también para continuar con la generación de empleo y la revalorización de los salarios, declaró en rueda de prensa Rui Falcao, presidente del Partido de los Trabajadores (PT) y coordinador de la campaña que llevó a la reelección de la mandataria.
Rousseff ganó la segunda vuelta electoral de este domingo con un 51,64% de los sufragios frente al senador socialdemócrata Aécio Neves, que consiguió el 48,36% de los apoyos, una votación que ha fortalecido a la oposición de cara al próximo período, que comenzará el 1 de enero de 2105. La preocupación que supondrá para Rousseff la economía, estancada en los últimos años, con una elevada tasa de inflación y bajas tasas de crecimiento, quedó clara en las declaraciones de Falcao, pero también de miembros del Gobierno.
“Tenemos que esperar un tiempo y ver cómo el mercado se comporta, pero a la presidenta no le faltará coraje para cambiar todo lo que deba ser cambiado” en materia económica, declaró el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho.
La única voz disonante en ese sentido fue la del titular de Hacienda, Guido Mantega, quien dejará el Gobierno a finales de año y es blanco de duras críticas de los agentes financieros, que apostaron fuerte por la política liberal que ofrecía el opositor Neves.
“Estoy feliz con el resultado de las elecciones porque muestra que la población aprueba la política económica”, dijo Mantega en una rueda de prensa en la que intentó calmar a los mercados en medio de una nueva caída de la Bolsa de Sao Paulo, que cerró ayer con una bajada del 2,77% y en su menor nivel desde abril.
Rousseff, por su parte, permaneció todo el día en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial, donde recibió a algunos dirigentes del PT y frente a la cual se aglomeraron decenas de seguidores que querían saludarla.
Pero la presidenta no se asomó y, según dijeron fuentes oficiales, tiene planeado tomarse unos días de descanso tras una larga y agotadora campaña, que se prolongó durante tres meses.
En medio del descanso, seguirá con las consultas de cara a la formación de su próximo gabinete y, sobre todo, para decidir quién sucederá a Mantega en el Ministerio de Hacienda. - Efe