La decisión de los nacionalistas flamencos (N-VA) de no entrar en la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE) y decantarse por ECR, que lideran los tories británicos y está lleno de euroescépticos, ha caído como un jarro de agua fría tanto en el PNV como en Convergència, que hasta el pasado miércoles esperaban contar con un nuevo aliado en el grupo ante la adhesión de UPyD y Ciutadans. En la formación jeltzale, sin embargo, no se plantean abandonar a los liberales por este revés mientras que los catalanes admiten que la situación ha cambiado y que todo es posible.

"Tenemos un acuerdo con un valor impresionante. Una plataforma para trabajar sobre el derecho a decidir y una vicepresidencia que sigue siendo tan valiosa hoy como ayer. No se nos pasa por la cabeza abandonar ALDE", asegura el portavoz de la eurodiputada vasca, Izaskun Bilbao. Quien no lo tiene tan claro es CDC. "Hasta nueva orden seguimos en ALDE pero todo es posible, incluso dejar el grupo", admite su eurodiputado, Ramón Tremosa, sobre una decisión que tomará la dirección del partido en las próximas semanas. Lo que no esconden es su malestar con el líder de los liberales, Guy Verhoftstadt, a quien su estrategia de sumar el máximo número de escaños, para mantenerse como tercera fuerza de la Eurocámara, le ha estallado. Con los cuatro eurodiputados flamencos, ECR suma 68 escaños mientras que ALDE se queda con 67.

Desde la N-VA admiten que Verhoftstadt les prometió un grupo sobre el derecho a decidir al tiempo que prometía a UPyD y C's no inmiscuirse en la integridad territorial de los Estados. "Es una indicación clara de que su postura no ha cambiado. Ni le creímos ni confiamos en él. La presencia de PNV y Convergència era un plus pero encontramos que las promesas de Verhoftstadt no eran tales", precisa su portavoz, Joachim Pohlman. Lo más elocuente, el resultado de la votación: 70 por entrar en ECR, 40 por mantenerse en la ALE y solo 3 por ALDE. "Hay muchos que no han olvidado sus comentarios y ataques. Sus promesas no eran suficientes", añade el director de la N-VA, Piet de Zaeger. Y es que para muchos, el partido de Bart de Wever ha aprovechado para pasarle una factura de años de enfrentamientos.

Partido flamenco. La espantada de N-VA ha pillado por sorpresa a PNV y CDC que confiaban en su integración en el grupo ALDE de la Eurocámara, lo que hubiera engordado el número de aliados nacionalistas en este grupo ante la integración de UPyD y Ciutadans.

ALDE. La integración de los flamencos en el grupo ERC le convierte en la tercera fuerza del Parlamento Europeo, mientras que ALDE pasa a ser la cuarta, aunque solo sea con un eurodiputado menos.

Desde el entorno de la eurodiputada jeltzale Izaskun Bilbao aseguraron ayer que ALDE sigue siendo una "valiosa plataforma para trabajar por el derecho a decidir" en la Eurocámara.