Bilbao - "Tengo plena consciencia de que ha existido un conflicto del que he sido parte activa y, en ese sentido, asumo toda mi responsabilidad y quiero hacer un reconocimiento sincero de todo el sufrimiento y todo el dolor causado por el conflicto, que debe ser reparado". Así se expresó ayer Igor Suberbiola en la última sesión del juicio celebrado en París contra quienes componían la dirección de ETA en 2008. El Tribunal impuso una condena de 20 años de prisión a Ainhoa Ozaeta, 16 años a Igor Suberbiola y 12 a Jon Salaberria, los tres dirigentes de la banda que se sentaban en el banquillo del Tribunal Correccional de París.

Si a lo largo de las jornadas en las que ha durado la vista los tres miembros de ETA se han negado la mayor parte de las ocasiones a contestar al tribunal, en la jornada de ayer Ozaeta, Suberbiola y Salaberria realizaron un alegato político en el que mostraron su total compromiso con la decisión adoptada por la organización armada en octubre de 2011 de poner punto final a su actividad.

Suberbiola, imputado en este proceso como jefe del aparato político, expresó su "total adhesión" a esas decisiones e insistió en que "la lucha armada ya no existe. La lucha armada de ETA es parte del pasado y no va a existir nunca más".

Jon Salaberria, acusado de ser responsable de la propaganda en el aparato político de ETA cuando fue arrestado en Burdeos el 20 de mayo de 2008 junto al fallecido Xabier López Peña, Thierry, reafirmó su "compromiso individual" con "todos y cada uno de los pasos" que ETA ha dado desde 2009 para el abandono de la lucha armada. Ozaeta, por su parte, lanzó un mensaje de felicitación a quienes tomaron parte en la cadena humana del pasado domingo y aseguró que "nada puede impedir que, más pronto o más tarde, Euskal Herría sea libre". Además, mostraron su esperanza de que en la próxima década "ya no existan presos políticos vascos".

Importante declaración En este contexto, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, afirmó ayer que la declaración de Ozaeta, Suberbiola y Salaberria, en la que asumen su responsabilidad y reconocen el dolor causado, constituye "en sí misma toda una posición política global en términos de resolución al conflicto político, que no puede ser ignorada salvo desde la irresponsabilidad más absoluta". En una rueda de prensa ofrecida en Donostia, Barrena señaló que son "unas manifestaciones políticas de primer orden que ponen de relieve la voluntad de ETA y sus militantes de ser parte activa en la normalización social y política del país, desde la asunción de las responsabilidades propias".