Pamplona - Las elecciones europeas han sido un "toque de atención". También para UPN, que ha visto cómo la movilización de la izquierda, la irrupción de nuevas fuerzas políticas y el hundimiento del bipartidismo amenaza con trasladarse a las elecciones forales de mayo de 2015. Así lo entiende Yolanda Barcina, que no ocultó ayer su preocupación por el "descenso de confianza" de las fuerzas que han sustentado el sistema bipartidista, y a un año vista de las elecciones comienza ya a azuzar el miedo al cambio en Navarra.

"En las próximas elecciones tendremos que decir a todos los que van a ir a votar que tengan en cuenta que puede ser suicida para nuestro modelo de convivencia votar a partidos que sean radicales, pero sobre todo abstenerse o votar a partidos minoritarios", proclamó ayer la presidenta en un discurso ante la asamblea de UPN. Un acto de contenido interno pero que Barcina aprovechó para dar pistoletazo de salida a su particular campaña electoral, y emplazar a sus compañeros de partido a que difundan ya las supuestas consecuencias de una eventual pérdida de poder. "Tenemos que ser todos embajadores de ese mensaje, para que toda la persona que vaya a a ir a votar o piense no hacerlo, reflexione y tenga las ideas claras", demandó.

La presidenta sin embargo no aclaró si volverá a repetir como candidata en las elecciones. Una cuestión que empieza a generar cierta incertidumbre dentro del partido, donde algunos confiaban en que ayer quedara clarificado. No fue así, por lo que cualquier aclaración queda ya para después del verano dando pie a las especulaciones internas y externas que Barcina prefiere alimentar.

Escasa renovación De las más de 4.000 personas que, según datos oficiales, militan en UPN, apenas 300 participaron en la asamblea de ayer, una quinta parte de quienes, por ejemplo, acudieron a votar en el último congreso. La asamblea anual de UPN contó con la presencia de 327 asistentes, incluidos simpatizantes de la formación y muchos cargos públicos. Suficientes en cualquier caso para dar un claro apoyo a la reforma del sistema de confección de elección, aprobada el 94% de los votos (el 5% se abstuvo y el 1% votó en contra).

Los regionalistas cierran así el debate interno abierto a cuenta de una "regeneración democrática" del partido, pero que apenas supondrá una renovación del 20% de la lista al Parlamento. La apuesta por las primarias abiertas quedó aparcada.