madrid - "Echaremos a la casta. Hemos venido para quedarnos y superar a las fuerzas mayoritarias que han trasquilado el país". Palabra de Pablo Iglesias, el eurodiputado que nació en la televisión y ha sido capaz, en tres meses y con un presupuesto de campaña de apenas 42.509 euros, de recoger 1,3 millones de votos en todo el Estado fruto del hastío, el desencanto y del Movimiento 15-M. Universitarios con formación que empezaron su lucha en Madrid -donde han copado el tercer lugar- y la extendieron promoviendo la participación y el derecho a decidir, mayoritariamente asambleario, dibujan el prototipo de simpatizante que ha confiado en Podemos, a quien Izquierda Unida incluso tendió ayer la mano de cara a la municipales y autonómicas del próximo año antes de que le pase por la izquierda tras haberle relevado como tercera fuerza no solo en la capital española, sino también en Baleares, Asturias, Aragón y Cantabria.
Busca además local para una sede en Euskadi, donde Podemos Euskal Herria-Ahal dugu ha irrumpido como quinta fuerza pese a que su cabeza de lista no dio un mitin por falta de recursos para desplazarse. Sin embargo, atrapó 52.386 sufragios, mirándole de frente al PP de Arantza Quiroga. Las redes sociales y el boca a boca han sido su gran baza para llegar al electorado y su página de Facebook se acerca ya a los 241.000 seguidores.
Iglesias se ha movido en una furgoneta y con un presupuesto diario de 10 euros para comer, financiado todo mediante crowdfunding. Una vez en Estrasburgo, sus cinco eurodiputados cobrarán 1.935 euros al mes en 14 pagas y el resto de su sueldo oficial (6.250 euros limpios) lo donarán al partido o a proyectos de la formación. El exfiscal anticorrupción Jiménez Villarejo iba a renunciar a su escaño de salir elegido, pero finalmente lo ejercerá gratuitamente. Además, los desplazamientos los harán en clase turista y no en business. "Hemos nacido para poner lo político al servicio de la gente, para sentar en el banquillo de los acusados a quien nos ha robado, para que los culpables de la ruina paguen por ello", argumentó el partido de este profesor de Ciencias Políticas, quebradero de cabeza de los tertulianos afines a la derecha. "¡Sí, se puede! ¡Sí, se puede!", claman. Aviso a navegantes. - I. Santamaría