madrid- Conoce como nadie la génesis de la Constitución española de 1978 y su posterior evolución y plasmación en la España de las autonomías. No en vano Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón es uno de los tres padres de la Constitución española que aún quedan en vida, junto con Miquel Roca y José Pedro Pérez-Llorca. Defiende la vigencia de la Carta Magna pese a que 36 años después la cuestión nacional de Euskadi y Catalunya, y también Galicia, sigue sin encontrar acomodo en España. Pero se muestra crítico con la cerrazón que los sucesivos gobiernos españoles han tratado el encaje de estas tres naciones.

¿Le molesta que se cuestione la vigencia de la Constitución y se invoque su reforma?

-Me parece inútil porque en España hay ahora para el Estado y para los gobiernos autonómicos problemas muy urgentes y acuciantes que necesitan que se les presten la mayor atención posible y el mayor esfuerzo posible. Por otra parte, los problemas de autogobierno que se han planteado en Catalunya o en Euskadi pueden resolverse sin modificar la Constitución, interpretándola inteligentemente. Cuando hay problemas como el que plantea Catalunya o el que puede plantear Euskadi es un mal camino envolverlos en una reforma global porque entonces nunca se harán. Sería mejor resolver los problemas concretos con el menor roce con la Constitución.

¿Por qué no ve posible una reforma constitucional?

-En primer lugar porque no hay un consenso político para hacerla. Si los partidos no se ponen de acuerdo en problemas menores, importantes pero menores, como puede ser una reforma laboral, pues mucho menos aún en reelaborar la administración de Justicia o la formulación de los derechos fundamentales. No hay consenso político, pero además no hay un consenso técnico.

Dice que con el menor roce a la Constitución, pero ¿se pueden satisfacer las aspiraciones nacionales y buscar acomodo a Euskadi, Catalunya y Galicia sin alterar la Constitución?

-El problema vasco y el catalán son dos cuestiones muy importantes pero, felizmente, van por vías distintas. No hay que confundirlos. Catalunya tiene una reivindicación ante la cual hay que buscar un arreglo negociado. En cuanto al tema vasco