gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el PNV cierran filas en torno a los pilares sobre los que pretenden consolidar la paz y la convivencia en los próximos años, un reto para el que se comprometen a que el fin de la violencia de ETA no suponga "pasar página" sin una crítica a lo sucedido durante cuatro décadas de terrorismo y con la garantía de que la memoria y el honor de las víctimas no queden "relegados".
Así lo expuso ayer el portavoz de la formación jeltzale en el Parlamento Vasco, Joseba Egibar, quien en nombre del lehendakari y el partido al que pertenece quiso alejar cualquier atisbo de duda sobre la vigencia de las líneas a seguir en una de las tres prioridades fijadas por el Gobierno Vasco al inicio de la legislatura junto a la creación de empleo y el proyecto de nuevo estatus sociopolítico para Euskadi.
La intervención de Egibar desde el atril de la Cámara vasca se enmarcó en el debate sobre el futuro de la Secretaría general de Paz y Convivencia que UPyD elevó al Legislativo. Al calor del cese del exasesor Txema Urkijo y sus críticas sobre la necesidad de "un gesto" hacia las víctimas de ETA por parte del Ejecutivo autonómico, el parlamentario Gorka Maneiro y el PP unieron sus fuerzas para reclamar un cambio de nombres en este área liderada por Jonan Fernández.
Sus votos, sumados a la abstención de PSE y la posición contraria de PNV y EH Bildu, resultaron insuficientes para sacar adelante esta iniciativa pero el debate propició a cada bancada una nueva oportunidad de mostrar sus directrices ante la consolidación del nuevo tiempo sin violencia que arrancó con el cese de la actividad de ETA hace más de dos años y medio.
Egibar defendió el trabajo realizado por Jonan Fernández y su equipo y, además, refrendó la apuesta del PNV y el Gobierno Vasco por el Plan de Paz confeccionado por esta Secretaría, un articulado plural en el que se combinan las referencias al reconocimiento "sin equiparaciones" a todas víctimas con una apuesta para abordar la "cuestión de los presos y la política penitenciaria de un modo acorde a la nueva realidad social", entre otros aspectos.
La división de la Cámara en este debate demuestra el camino que aún resta por hacer, con un PSE que comparte las críticas de PP y UPyD al PNV por "romper consensos" en este ámbito. Los socialistas instan a los jeltzales a recomponer esta línea de partida común en la que advierten a la izquierda abertzale de que para estar presente son necesarios "pasos" que, según manifestó el socialista Rodolfo Ares, aún restan por acometer desde esta corriente política.
En su réplica, EH Bildu, que junto al PNV conforman hoy por hoy de forma exclusiva la Ponencia de Paz y Convivencia creada en el Parlamento para abordar este tipo de asuntos, respondió al PSE por boca de Julen Arzuaga que en el futuro puede haber "nuevas mayorías" parlamentarias que sumen "para avanzar".
PP y UPyD, por su parte, demostraron su sintonía plena cada vez que la Cámara vasca aborda una cuestión relacionada con las directrices que Urkullu y su gabinete plantean para edificar el nuevo tiempo sin violencia. Frente a las críticas de los nacionalistas sobre la "vuelta al pasado" que pretenden estas dos formaciones con sus lecturas de los hechos, el popular Carmelo Barrio denunció que el Gobierno Vasco esté "rebajando las exigencias democráticas" ante el terrorismo. Maneiro, por su parte, pidió a Urkullu que marque una "frontera clara" entre "quienes somos demócratas y quienes no lo son".