VITORIA - Pilar Urbano es muy sibilina a la hora de hacer afirmaciones, deja caer muchas dudas sobre cómo se gestó el 23-F y crea muchas expectativas sobre el papel que jugó Juan Carlos I ese día. Piensa que al rey le importaba más la corona que la democracia. No quiere destrozar la monarquía, solo desmitificar al rey y que no "luzca medallas que no le corresponden a él". En un apartado del libro también habla de las gestiones que hizo Fraga, ministro del Interior en aquella época, para que los empresarios vascos pusieran dinero para luchar contra ETA, "fueron los inicios del terrorismo de Estado, después llegaría el GAL". Asegura que no ha recibido críticas, que han sido ataques de quienes no se han leído el libro "porque ochocientas páginas no se leen en un momento".

Usted dice en su libro que Juan Carlos I estuvo detrás de la Operación Armada...

-Sí, eso es.

Esa operación parece ser el detonante del 23-F.

-La Operación Armada, detrás está el rey, es la placenta, pero se acaba el 11 de febrero cuando él propone como presidente del Gobierno español a Leopoldo Calvo Sotelo. Quien se carga la Operación Armada es Adolfo Suárez dimitiendo antes de que den el golpe de gobierno...

Operación Armada, golpe de gobierno, golpe de Estado, muchas situaciones extremas en poco tiempo. ¿Cómo encajan las piezas?

-Armada a partir del 11 de febrero ya está con los patines puestos e in péctore se siente presidente, y ya no hay quien lo pare: sigue viendo al rey y diciendo que Leopoldo (Calvo Sotelo) no es la solución. Es Armada quien hace que se revitalice algo que estaba en la guardarropía, que es el golpe de Tejero. Con Tejero no se contaba desde el 18 de enero.

El rey está detrás de la Operación Armada, operación que desembocaría en un gobierno de concentración. ¿Cómo se puede explicar que no se enterara de que se estaba preparando un golpe?

-Esa es otra historia, se hizo en secreto...

El ruido de sables sonaba con fuerza, ¿no se oía en la Zarzuela?

-Parece que es el CSID el que toma la iniciativa cuando Leopoldo Calvo Sotelo no es elegido presidente en la primera sesión de investidura que se celebra el 18 de febrero. Según me dijo Cortina (comandante absuelto en el juicio del 23-F por falta de pruebas) Armada dijo que Leopoldo no era la solución porque no iba a tener una mayoría fuerte y que había que volver a lo que estaba pensado, un gobierno de concentración con todos, menos vascos y catalanes que no querían entrar.

¿Y el rey no sabía nada de eso?

-Cuento lo que sé de lo que sabía el rey, no lo que no sabía...

Una conclusión de lo que se está leyendo desde que usted sacó el libro es que el rey es golpista...

-Yo no lo he dicho. Que cada uno saque sus conclusiones, no lo sé.

Y si de verdad no estaba enterado queda como un tonto, ¿o no?

-El rey cree que todo está solucionado y el 13 de febrero vuelve Armada a Zarzuela y tiene una conversación importante con el rey. Le dice que nunca la Corona ha estado tan desprestigiada, que el ejercito está dividido, que el golpe de Estado se reactiva... bastantes cosas le dice. ¿Qué sabía el rey? No lo sé. Alguien en la Zarzuela, el 23 de febrero dice: ¡Tiros en el Congreso! Eso no era lo previsto. Que podía haber algo uno de esos días... parece, ¿no?

Dicho así siembra muchas dudas.

-Hay una frase bastante enigmática y no la digo yo en mi libro, la dice una diputada catalana, Anna Balletbó, en un libro. Ella estaba embarazada de gemelos, le dejan salir. A las siete y veinte, telefoneó a la Zarzuela y le pregunta: "¿Qué es lo que está pasando, señor?". El rey contestó: "Alguien se ha puesto nervioso, se ha precipitado y ha hecho una tontería". Esa es la frase más enigmática de todas.

Suárez no queda tan mal en este libro...

-Queda fenomenalmente bien.

Pero el rey sí que queda muy mal.

-Sí, por eso es lo que digo aquí: lo que el rey prefiere no recordar. Pero este libro no destroza al rey, lo desmitifica, le quita ciertas medallas que no eran suyas, medallas que eran de Adolfo o de Torcuato (Fernández Miranda). Medallas de cómo se ha hecho el cambio, la democracia, pero él no ha sido el motor, ha sido el freno. El rey a veces frenó la democracia.

Hay quien le acusa de querer cargarse la monarquía.

-No he pretendido eso, he pretendido historiar, averiguar lo que no sabía, confirmar lo que sospechábamos muchos y otras cosas que ni siquiera sospechábamos. Volver al lugar del crimen, a cosas que he vivido periodísticamente.

En 1982, un años después del golpe, usted escribe un libro: Con la venia, yo indagué el 23-F. Allí no hay sombras en la actuación de Juan Carlos I, ¿por qué entonces no y ahora sí?

-Porque investigo la parte militar. Como el resto de la población pensaba que el rey nos ha salvado con su mensaje televisivo.

Es frase suya que el rey lo que pretendía el 23-F era salvar la Corona y no la democracia.

-Lo que creo, lo que he dicho, es que el 23-F le importaba más la Corona que la democracia. No es que no quisiera la democracia, es que la corona peligraba. Sin democracia, la Corona se va a hacer puñetas.

Según su libro, Suárez sí que ve la posibilidad de un golpe militar y lo advierte. ¿Es verdad eso?

-Sí, se lo advierte seriamente varias veces. Sobre todo cuando le dice que va a traer a Armada (está en Huesca) y le va poner como segundo jefe militar en España. Va a controlar toda la información, la puede utilizar y la puede silenciar. Suárez le dice al rey: No quiero a ese señor moviendo el rabo en Madrid, con eso se asegura un golpe de Estado.

Leyendo su libro el rey queda como un intrigante que al final no se entera de nada.

-Sí, como un Borbón, el rey borbonea; borbonea midiendo no salirse de las costuras de la Constitución. Lo que hace es una operación extraordinaria, estrafalaria y estrambótica. Y muy peligrosa porque poner a un general dirigiendo puede ser la ruta para una junta militar. Lo que no sé es lo que sabe o no sabe.

Resumiendo, ¿fue el rey el que puso la democracia en peligro con la Operación Armada?

-Quiere usted un titular, ¿no? El rey pretendía una corrección del sistema desde dentro del sistema, agárrelo con papel de fumar. Se pretendía un golpe de gobierno para eliminar al que estorbaba.

¡Vaya culebrón!

-Es política dura, agresiva, hay pistolas, perros que ladran, militares que braman...