BILBAO - La reunión que el pasado 1 de mayo celebraron Iñigo Urkullu y Artur Mas en Ajuria Enea, en la que limaron asperezas respecto a asuntos como el límite de déficit o el trato fiscal, amén de constatar la "estrategia de recentralización" del Gobierno español que impide a Euskadi y Catalunya ganar mayores cotas de autogobierno, desató ayer otra oleada de críticas por parte de las formaciones constitucionalistas, que sitúan el encuentro en el marco de las "obsesiones soberanistas" de los respectivos Ejecutivos. Mientras el PNV la enmarcó en un episodio propio de dos presidentes y en la relación "permanente" de los jeltzales con CiU; PSE, PP y UPyD calificaron la cita, que fue discreta a petición del jefe del Govern, en los deseos de uno y otro de "hacerse la foto".
A juicio del secretario general del PSE de Araba, Txarli Prieto, el lehendakari "ha tratado de utilizar esta reunión, y la ha revestido de misterio, para intentar desviar la atención de los principales problemas que tiene el País Vasco". Por ello, lamentó que Urkullu se preocupe más de la hoja de ruta catalana y de la Ponencia de Autogobierno que "de los datos económicos" en Euskadi, "que están a la baja". "Si todo lo que tiene que ofrecer son reuniones semiclandestinas sobre el soberanismo, que en el País Vasco le importan a cuatro, es que estamos ante algo muy grave. Un fiasco", resumió Prieto en la tertulia política de Radio Euskadi, recordando que "estamos a mitad de 2014 y las iniciativas que se tomaron para reactivar el empleo están en fase embrionaria".
En similar sintonía, y con un tono más duro, se manifestó el presidente del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, quien matizó que el problema "no es que dos presidentes se reúnan", sino que "el lehendakari no se cita con el presidente de Cantabria, de Asturias, de Galicia para trazar un plan para el eje atlántico. Lo hace con Mas para hablar de sus estrategias, de cosas importantes para ellos, de sus obsesiones, que no son las del conjunto de la ciudadanía". En este sentido, consideró que los políticos deben generar condiciones para que las empresas compitan, y se preguntó "quién va a invertir si ponemos al frente del barco a alguien que genera inestabilidad, desconfianza e incertidumbre". "Hoy Cataluña no es referente de inversión empresarial y económica, y eso es por culpa de sus dirigentes, que generan inseguridad en los inversores. Por contra, es un foco de problema político social, político y económico, y si ese es el camino al que nos pretende llevar el PNV creo que estamos ante un profundo error", zanjó. Igualmente, el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro acusó a Mas y Urkullu de jugar a ser "hombrecillos de Estado que dan la espalda a los problemas reales de los ciudadanos, que en Cataluña son la corrupción, la pobreza y el desempleo, y en Euskadi son parecidos. Se citan para hablar de sus obsesiones y de soberanismo, cuando el lehendakari ni siquiera es capaz de explicar en el Parlamento Vasco qué tipo de Estado defiende".
reproche desde catalunya Las críticas a esta reunión en la que sendos presidentes repasaron los distintos procesos que experimentan sus respectivos territorios llegaron desde Catalunya, donde el máximo dirigente del PSC, el cuestionado Pere Navarro, reseñó que "es más urgente" que Mas se encuentre con Rajoy para así tratar de desatascar el problema suscitado con la consulta, que hacerlo con Urkullu. "Está bien que el señor Mas y el señor Urkullu se reúnan, que intenten buscar espacios de colaboración, pero lo que interesa es que el señor Mas y el señor Rajoy se reúnan e intenten buscar soluciones a un problema grave como es la relación Cataluña-España", expresó el socialista, para quien "los responsables políticos tienen que buscar espacios para el diálogo, a pesar de que haya discrepancias".
Al reproche de Navarro respondió el presidente del consell nacional de UDC y conseller de Interior de la Generalitat, Ramón Espadaler, para quien la cita en la residencia oficial del lehendakari "es buena" porque los intercambios de opiniones siempre son positivos. "Que hablen los presidentes de dos naciones que tienen su camino perfectamente definido entra dentro de la más absoluta normalidad", dijo.
Con moderación se pronunció el dirigente de EH Bildu, Oskar Matute, ya que no le pareció "razonable" que el encuentro se revistiera de "ese halo de clandestinidad". "Es un síntoma de cuál es la situación en el Estado, el atenazamiento de las instituciones que no comulguen con el Estado", señaló el líder de Alternatiba, quien puntualizó que la coalición soberanista ha solicitado en la Cámara vasca que Mas comparezca en la Ponencia de Autogobierno, por lo que espera que esa reunión del jueves pasado no sea "excusa" para que ahora el president no acuda. "Nos gustaría saber de qué hablaron, así como la necesidad que parece tuvieron porque no tuviera un acompañamiento de los medios de comunicación", matizó Matute, añadiendo que "más allá del fútbol y gustos comunes, seguramente que [Urkullu y Mas] habrán tenido tiempo de hablar de cuál es la realidad en que viven sus respectivas naciones y cuáles son las dificultades y retos a que se enfrentan a la hora de seguir vertebrando y construyendo ese espacio soberano de decisión".
Ambos presidentes coincidieron en las zancadillas de Madrid para impedir un mayor estatus a Euskadi y Catalunya, con "sus diferencias y similitudes", y prometieron estrechar lazos "periódicamente" a través de una relación "fluida".