Bilbao. El lehendakari y la mayoría de los partidos de la CAV han acogido con indiferencia la última comunicación interna de ETA. Por una parte, el texto, que resumió ayer Gara, corrobora que el cese de la violencia es firme, ya que más del 80% de los miembros de la organización avala las decisiones adoptadas por el MLNV desde 2009, mientras el porcentaje de negativas se limita al 4,2%. Cuando apenas han pasado unas semanas del rebrote de la kale borroka, esa cifra aleja la posibilidad de una vuelta atrás -que también descarta incluso el Ministerio del Interior- o de una escisión que, a la vista de los datos, de producirse tendría poco peso además de escaso recorrido, ya que se toparía con la oposición de Sortu. Asimismo, ese documento se suma al comunicado del colectivo de presos, que también renunciaba a los métodos empleados en el pasado. Sin embargo, después de que los reclusos apostaran por acatar la legalidad y solicitar beneficios penitenciarios con peticiones individuales, desde distintos ámbitos comenzó a especularse con que ETA acompañara ese paso con un gesto a favor de su desarme. Por ello, y porque en teoría el debate sobre el final de la violencia estaría superado desde el comunicado de cese definitivo de octubre de 2011, y en ese sentido el último texto no sería novedoso, al lehendakari y a los partidos les supo a poco la reflexión de ETA y le exigieron que se desarme y que reconozca el daño causado.
El texto, que en cualquier caso no es un comunicado al uso sino un documento dirigido a la militancia de la organización en diciembre, lo firma el Comité Ejecutivo de la organización, y según Gara habría sido utilizado por medios de comunicación de Madrid para lanzar la idea de que ETA pretende autoasignarse la orientación política de la izquierda abertzale, por hacer referencia, entre otras cuestiones, al camino hacia la independencia. No obstante, se matiza que la organización habría precisado que el protagonismo corresponde a la ciudadanía. Los partidos rechazaron el texto por no avanzar en el desarme, un punto que, según matizaba recientemente Lokarri, no estaría "maduro". Sin embargo, sí se espera algún gesto de voluntad en esa dirección, aunque no apunte a un desarme inmediato y rápido y el proceso de desmantelamiento se prevea largo.
En una entrada en Facebook, Iñigo Urkullu consideró ayer que reafirmarse en decisiones como el fin de la violencia, en su momento señaladas como irreversibles, "obedecerá a razones propias, pero no supone ningún paso adelante". Por ello, pidió a la organización que vaya más allá y se desarme sin demora, reconozca el daño causado y "no solo el sufrimiento como consecuencia del conflicto", y se disuelva. En idénticos términos se pronunció el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, en una nota de prensa en la que aseguró que "no es el anuncio que todos esperamos". Tras oponerse a que ETA realice análisis políticos, coincidió con Urkullu en pedir el desarme unilateral. "Mejor hoy que mañana", remachó. En ese sentido, recordó que PNV y Sortu se manifestaron por la paz en Bilbao, y que ese lema no sería compatible con la pervivencia de una organización armada. También pidió que reconozca el daño causado y pida perdón a las víctimas.
PSE y PP El secretario de Organización y Coordinación del PSE, Rodolfo Ares, por su parte, dejó ver en declaraciones a Europa Press que el comunicado sería una obviedad y que "no recoge ninguna aportación". "Solo faltaría que no ratificara el abandono de la violencia", lanzó. En línea con las últimas declaraciones del PP, tampoco el presidente popular en Gipuzkoa, Borja Sémper, quiso dar publicidad al texto, e insistió en que solo le interesa el comunicado de disolución. EH Bildu fue la única fuerza que concedió relevancia al documento. Por boca de Pello Urizar, opinó que ETA ha dado un paso más y que, aunque debería dar otros, los partidos tendrían que empujar a favor de ese escenario. Un matiz diferente aportó en declaraciones a Efe el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, quien, aun considerando positivo el texto, pidió a ETA que se convierta en una organización civil y desarmada para pervivir de esa forma hasta que se solucione la situación de los presos.
Por otra parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo en una entrevista publicada en ABC que está seguro de que el PNV persigue la disolución de ETA, pero que Madrid no comparte su vía. "Nosotros queremos llegar hasta el final de ETA por la línea recta", zanjó.