Vitoria. El 1 de abril de 2009 PSE y PP firmaban las Bases para el cambio democrático al servicio de la sociedad vasca, una especie de compromiso de amor eterno limitado a una legislatura -finalmente no alcanzó ni tres años- en el que los perpetuos adversarios electorales en el plano estatal sumaban sus apoyos para desalojar al PNV de Ajuria Enea. Casi un lustro después de ese hito, las similitudes entre aquella foto y el escenario político actual brillan por su ausencia, y la fuga de votos ha sido una constante que ambas fuerzas intentan achicar sin éxito.

Las estimaciones del último Euskobarómetro, publicadas a finales del año pasado, elevaban las preferencias nacionalistas entre la ciudadanía y auguraban una pérdida de apoyos en el seno de PSE y PP que podía alcanzar hasta seis de los 26 escaños que presentan a día de hoy en el Parlamento Vasco.

Además, llueve sobre mojado. Y es que, ya en 2012, socialistas y populares vieron cómo sus alforjas perdían sufragios en favor del PNV, ganador de los comicios autonómicos, y de una izquierda abertzale que regresaba al Legislativo autonómico como segunda fuerza.

Tras la última cita con las urnas, la bancada capitaneada por Patxi López abandonaba el oasis al frente del Gobierno Vasco y pasaba de 25 a 16 escaños. La suerte no era mucho mejor entre las filas de Basagoiti, donde tres de los 13 aforados perdían su puesto en el hemiciclo vitoriano. Y, a tenor de las encuestas, las perspectivas para la próxima cita con las elecciones autonómicas, aunque lejana -está prevista para 2016-, empieza a mostrar las dificultades a las que se enfrentarán PSE y PP en su camino por no perder el pulso de la política vasca.

Este es, sin duda, el cambio de los exsocios por el cambio que más preocupa a sus responsables, pero no el único que se ha producido desde que la izquierda y la derecha constitucionalista optaran por unir sus caminos en detrimento del empuje jeltzale, entonces sin la izquierda abertzale representada en el Parlamento Vasco.

La espera de quiroga

Un congreso que no llega

El repaso a sus cúpulas, sin ir más lejos, muestra al otrora líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, embarcado en su periplo bancario en tierras mejicanas, mientras que el futuro de su aliado socialista, Patxi López, también pudiera situarle fuera de Euskadi, aunque en este caso el viaje se limite a las tres horas y media que separan la CAV de la sede socialista de Ferraz en Madrid.

El PP mantiene a su presidenta interina, Arantza Quiroga, a la espera de un congreso que la ratifique y que, pese a estar previsto en un principio para marzo, cada vez está más cerca de celebrarse después de las elecciones europeas de finales de mayo, tal y como adelantó DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA. Mariano Rajoy quiere dejar atado el liderazgo del partido en Andalucía antes de dar el plácet a cualquier otro relevo regional y, mientras, los populares vascos aguardan.

Por su parte, la maquinaría socialista está centrada en regresar a La Moncloa en 2016, pero este gran reto al que las encuestas dan la espalda necesita de un arduo trabajo de cocina que, entre otros aspectos, incluye la cuidada selección de un candidato con garantías de éxito ante Mariano Rajoy.

El silencio es una constante entre los supuestos aspirantes al cargo, incluyendo el del propio secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que aún no ha desvelado si postulará a la elección. Tres cuartos de los mismo ocurre con el exlehendakari y su paisano y portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Eduardo Madina, dos de los nombres que ocupan lugares privilegiados en las quinielas políticas.

primarias

El silencio de López

López también calla, aunque voces próximas a su persona como la de la portavoz del PSE, Idoia Mendia -que a su vez gana peso como aspirante a suceder a su jefe de filas en la CAV-, avivan la posibilidad de que el exlehendakari dé el salto a Madrid al frente del partido.

Dentro de una semana, el Comité Federal del PSOE comenzará a desvelar estas incógnitas cuando decida qué día se celebrarán las primarias de las que saldrá el aspirante socialista a la presidencia del Gobierno español. Desde Euskadi, la dirección del PSE se esmera en moderar la velocidad y marcar los tiempos, pese a que voces internas ya han puesto sobre la mesa las piezas y augurado los movimientos que se ejecutarán en los próximos meses.

Fuentes del partido advierten que es "muy prematuro" situar a López fuera de Euskadi a corto plazo, pero sus propios compañeros de filiación le ven en Madrid, ya sea como secretario general del PSOE o en las Cortes Generales. La elección en el congreso vasco del pasado febrero habilitan al exlehendakari para seguir al frente de las siglas socialistas autonómicas durante los próximos tres años, pero en su propia formación ven muy improbable que repita como candidato a lehendakari quien lo ha sido después de una primera derrota en 2005 y de un segundo fracaso en 2012.

Estas mismas fuentes destacan que, sea cual sea la decisión del actual secretario general del PSE, no será "hasta el verano, después de las elecciones europeas", cuando López pudiera anunciar su candidatura.

La derivada vasca sería notable al descabezar al PSE. Además, la fórmula escogida por los socialistas en Madrid para relevar a los altos cargos también se aplicaría en el resto del Estado; es decir, que si López y los demás candidatos a la secretaría general del PSOE se enfrentan en unas primarias, idéntica vía se seguirá el futuro líder del PSE.

Así las cosas, y pese a la buena posición de salida de la que dispone Mendia, desde el partido vasco destacan que, "hoy por hoy, no se puede dar nada por hecho".