BILBAO. Aconteció tan solo ocho jornadas antes de la publicación de la blindada Constitución española de 1978. Fue el 21 de diciembre de 1978. Tal día como ayer hace 35 años, el Batallón Vasco Español asesinó a Argala en la localidad laburtana de Anglet (Iparralde). Murió uno de los máximos iconos de ETA militar: el ideólogo independentista, el de Arrigorriaga, el nacido el 7 de marzo de 1949. José Miguel Beñarán Ordeñana tenía 29 años.

El grupo ultraderechista de la marina militar, compuesto por ocho miembros, preparó todos los detalles para matar al marxista-leninista con una bomba lapa bajo colocada bajo su Renault 5. El atentado casi coincidió con la fecha -un día después- en la que cinco años antes, ETA hizo volar la vida del ministro, el militar y político español, Luis Carrero Blanco. Este acababa de ser nombrado presidente del consejo de ministros de España por Francisco Franco y era el aspirante a suceder al dictador tras su muerte.

Componentes de aquel grupo que reivindicó la muerte de Argala aseguraron que atentaron contra él por venganza y porque, a su juicio, era quien mandaba en el comando de ETA y quien conectó los cables del dispositivo que acabó con la vida de Carrero Blanco.

"eta habría cambiado" Si ya durante vida fue uno de los baluartes de Euskadi Ta Askatasuna, tras el atentado contra su persona en Lapurdi, la muerte le convirtió en mito. En vida, hasta Iparralde viajaban conocidos a visitarle, a la casa enla que convivía con su mujer, Asun Arana. Una de aquellas personas fue un vecino de José Miguel. "Argala era un tío superinteligente con visión de futuro y de patria de Euskadi", explica en declaraciones a DNA. El de Arrigorriaga va más allá en la importancia que tuvo su paisano. "Si hubiera seguido vivo estoy seguro de que ETA habría cambiado con antelación, pero se lo cepillaron", agrega quien prefiere permanecer en el anonimato. Su influencia fue tal que la primera fuerza política que gobernó en Arrigorriaga tras el franquismo fue Herri Batasuna.