Gasteiz. Ni la figura del delegado del Gobierno, en general, ni el dirigente que actualmente ocupa este cargo en Euskadi, en particular, son del agrado del Parlamento Vasco. Así quedó de manifiesto ayer tras la aprobación de una propuesta mediante la que la Cámara autonómica reclamó poner fin a la existencia de este puesto para zanjar una actuación que "recorta los derechos y las libertades fundamentales de la ciudadanía".

La mayoría que suman PNV y EH Bildu desactivó el voto contrario que las demás fuerzas parlamentarias (PSE, PP y UPyD) aglutinaron frente a la iniciativa elevada a la Cámara por la coalición soberanista. El debate llegó ayer, pero el registro de la propuesta se remonta al pasado verano, un periodo en el que Carlos Urquijo atrajo el foco mediático con reiteradas actuaciones ante eventos estivales tales como la elección de la txupinera de las fiestas de Bilbao o la designación del pregonero en los festejos laudioarras. Los vínculos con el entorno abertzale que existían en ambos casos motivaron la reacción del delegado del Gobierno, aunque solo se tratara de la punta de un iceberg en el que reposan más de setenta contenciosos en los tribunales por la exhibición de pancartas o, de forma más reciente, debido a supuestas exaltaciones del terrorismo en las acogidas a los presos de ETA excarcelados.

No es la primera vez que este asunto llega al hemiciclo, como se encargó de recordar la portavoz en este asunto del PP, Nerea Llanos, y también en esta ocasión el debate se convirtió en un cara a cara entre la férrea defensa de los populares y las críticas de jeltzales y soberanistas, que ven innecesaria la presencia de un cargo "al que nadie ha votado", según destacó la líder de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Laura Mintegi.

La aforada fue muy crítica con las acciones ligadas al "ridículo" de Carlos Urquijo, quien después de desempeñar de forma breve este cargo en los estertores del mandato de José María Aznar, regresó a la Delegación del Gobierno a raíz del éxito del PP en las elecciones generales.

Por parte del PNV, Joseba Egibar, censuró que en lugar de ejercer de "mera oficina coordinadora" del Gobierno español, Urquijo ocupa una "delegación política" que "el propio Estado tiene que recomponer". El PNV secundó los dos primeros puntos de la propuesta, pero rechazó el tercero en el que EH Bildu solicitaba que el Gobierno Vasco asumiera la competencias de la Delegación, entre las que figura el control de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Desde el PP enmarcaron las críticas nacionalistas en su actitud contraria a "todo lo español" y, después de recordar que la existencia de la figura del delegado forma parte de los enunciados de la Constitución y el Estatuto de Autonomía, echaron en cara a Mintegi que el deseo de la coalición soberanista es "sustituir legalidad por impunidad".

El PSE rechazó una propuesta a la que restó importancia hasta el punto de que su portavoz, José Antonio Pastor, rehusó a ejercer su turno de réplica; mientras que Gorka Maneiro (UPyD) denunció que, a su entender, para EH Bildu "todos los que no somos abertzales tenemos que irnos de Euskadi".

Ponencia de paz La Cámara vasca también fue escenario ayer de un nuevo debate sobre los supuestos recibimientos ilegales a presos de ETA. La propuesta original de UPyD decayó ante la falta de apoyos y en su lugar se aprobó un texto alternativo del PNV que, con el apoyo de EH Bildu, volvió a remitir a los grupos a la Ponencia de Paz para abordar este tipo de asuntos.