Donostia. Gipuzkoa tendrá presupuestos en 2014 salvo que se dé "un giro inesperado", como lo calificó anoche el diputado general, Martin Garitano. Representantes del Gobierno foral y miembros del PNV concretaron a última hora de la tarde el destino de los 15 millones del plan anticrisis que los jeltzales habían fijado como condición indispensable para no obstaculizar el trámite parlamentario del proyecto de cuentas. Los otros 5 millones de enmiendas parciales propuestos por el PNV no encontrarán acomodo en el proyecto definitivo que se aprobará en el pleno del día 23.

El diputado general aseguró que se trata de "unos muy buenos presupuestos" y que demuestran "la capacidad de gestión, la inteligencia para lograr acuerdos y el compromiso (del Gobierno foral) para construir una Gipuzkoa nueva". Garitano, que en septiembre de 2012 estuvo en el centro de la polémica tras rechazar ante PNV, PSE y PP elaborar una estrategia anticrisis "porque no sirven para nada", aseguró ayer que con las cuentas de 2014 "tenemos un plan anticrisis de 758 millones de euros".

Al igual que el responsable foral, desde el PNV también mostraron "contentos" y "satisfechos" tras cerrar el acuerdo con el Ejecutivo. Los jeltzales, que detallarán hoy los pormenores del acuerdo, adoptaron desde el comienzo de las negociaciones un talante facilitador, tal y como había marcado el lehendakari, Iñigo Urkullu, con el objetivo de que las instituciones principales de Euskadi contaran con una herramienta tan importante como los presupuestos.

Los cambios, el lunes Los cambios al proyecto de presupuestos, que comenzó su tramitación en las Juntas a finales de febrero, se realizarán en la tarde del lunes. A las 15.30 horas está previsto que arranque la comisión de Hacienda que aprobará las partidas del plan anticrisis de 15 millones y que, por lo tanto, supondrá recortar otras cantitades.

Con el acuerdo alcanzado ayer, el Ejecutivo que dirige Martin Garitano recupera parte de la sintonía con el socio que marcó como preferente el propio diputado general en su discurso de investidura de 2011. En diciembre de aquel año, el Gobierno pactó con el PNV el presupuesto a cambio de un plan anticrisis de ocho millones (más otros dos variables) y una moratoria de seis meses para el proyecto de incineradora. Fue sobre todo la gestión gubernamental de este segundo aspecto el que llevó al PNV a denunciar el incumplimiento de los acuerdos y a distanciar a ambas posiciones.

Al mismo tiempo, el Gobierno foral se acercó al PSE, en quien halló un socio para tratar potenciar la fiscalidad. La tributaria es una bandera que el Ejecutivo acaba de perder tras el acuerdo firmado por el PNV, PSE y PP, al que, por su parte, habrá que ver si influye el pacto presupuestario entre jeltzales y Bildu.