Seúl. La ejecución anunciada ayer de Jang Song-thaek, tío del líder norcoreano y considerado número dos del régimen, ha despertado temores a que el país comunista entre en un periodo de inestabilidad y lleve a cabo nuevas provocaciones. Tras el veredicto de pena de muerte emitido por un tribunal militar, Jang fue ajusticiado el jueves, informaron los medios oficialistas norcoreanos, que dedicaron al político todo tipo de acusaciones e insultos, hasta una humillante fotografía camino del patíbulo.
El ajusticiamiento de Jang, así como el rápido y violento modo en que Pyongyang lo ha llevado a cabo y divulgado, causó la preocupación a que se genere un clima de inestabilidad en el seno del régimen más opaco del planeta, donde cada movimiento está imbuido de un alto secretismo. En Corea del Sur, el Gobierno se apresuró a expresar su "gran preocupación por lo sucedido" y aseguró que está "preparado para todas las posibilidades", en referencia al hipotético caso de una acción militar del país vecino o cualquier suceso que pueda causar tensión.
El Ejército de Corea del Norte podría realizar algún tipo de acción armada "como parte del reino de terror creado por Kim Jong-un", aseguró ayer el ministro de Defensa, Kim Kwang-jin, confirmando los temores de Seúl a una posible "provocación" de Pyongyang para garantizar la unidad y cerrar filas en torno al líder.
Mientras algunos observadores hablan de una hipotética lucha de poder en el Estado, otros creen que a Kim Jong-un solo le queda eliminar al resto de la facción minoritaria de Jang en una "sangrienta purga" que continuaría en las próximas semanas o meses, indicó el analista político surcoreano Shim Jae-hoon.
El político ejecutado, considerado uno de los más aperturistas del conservador régimen norcoreano, se habría granjeado en su larga carrera numerosos enemigos de la línea dura predominante en las élites del Ejército y el Partido de los Trabajadores, brazos político y militar del sistema respectivamente.
Incógnita china Otra incógnita que ha surgido tras la ejecución es si las relaciones de Corea del Norte con China, país del que depende económicamente, se verán deterioradas, ya que Jang era uno de los principales promotores de los acuerdos comerciales y financieros con el único socio importante de Pyongyang. Uno de estos acuerdos, el alquiler a Pekín de parte de la zona económica y comercial de Rason por 50 años sellado en 2011, fue calificado ayer por la agencia estatal norcoreana KCNA, altavoz del régimen, como un "acto traidor a la patria" perpetrado por el tío del líder.
El Gobierno chino consideró el ajusticiamiento como "un asunto interno" de Corea del Norte y deseó que su histórico aliado mantenga la estabilidad política y económica. La KCNA también publicó la supuesta confesión del fallecido antes de su condena a muerte, en la que Jang habría reconocido haber tramado una conspiración para llevar a cabo "un golpe de Estado con el máximo dirigente como blanco".
El Gobierno de EEUU denunció que la ejecución es una muestra de la "brutalidad" y la falta de respeto por los derechos humanos en ese país. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que "nuestra política hacia Corea del Norte sigue siendo la misma y seguimos centrados en la necesidad de que abandone su programa nuclear".