Madrid. El PP rechazó ayer tomar en consideración en el Congreso una proposición de ley del PSOE para reformar la Ley de Financiación de Partidos con el objetivo de eliminar toda posibilidad de que las empresas hagan donaciones a las formaciones políticas. Y no porque no esté de acuerdo con ese propósito, sino porque prefiere que sea el Gobierno español quien lo plantee en una de sus leyes contra la corrupción prometidas para este mes.

La Ley de Financiación de Partidos Políticos fue reformada en 2007 y en 2012, pero en ninguna de las dos ocasiones se dio el paso de suprimir la financiación privada procedente de las personas jurídicas. Tras el verano, el PSOE presentó una proposición de ley con ese objetivo y el propio PP confirmó ayer que el Gobierno lo incluirá en sus reformas legales frente a la corrupción.

El encargado de defender el texto fue el diputado Ignacio Sánchez Amor quien basó su discurso en la necesidad de garantizar un juego electoral "limpio" en el que todos participen en igualdad de condiciones. "Hacer trampas en el juego, deslegitima al propio juego democrático", avisó, antes de asegurar que el caso Filesa vacunó al PSOE contra la financiación ilegal y que el PP aún no ha probado esa vacuna por que no tuvo que sufrir "castigo" por el caso Naseiro.

Tras pedir al PP que reflexione sobre lo "contradictorio" que es presentar medidas anticorrupción y a la vez intentar mantenerse "ajeno" al caso Bárcenas, advirtió a los populares de que esa actitud puede "condicionar las posibilidades de acuerdo" con el PSOE en esta materia. La iniciativa también fue avalada por UPyD, cuyo portavoz, Carlos Martínez Gorriarán, abogó por adoptar el modelo alemán de financiación mixta de los partidos políticos, con aportaciones privadas y públicas al 50%. A su juicio, los partidos tienen "la obligación" de incrementar su financiación privada, pero también deben recibir aportaciones públicas.

Los nacionalistas catalanes y vascos, por su parte, se decantaron por la abstención. Jordi Jané, de CiU, no quiso entrar a valorar la propuesta concreta de finiquitar las donaciones de empresas, limitándose a pedir que este tema se analice "sin demagogias", con reflexión "serena" y sin iniciativas unilaterales. El PNV dijo no oponerse a que este asunto se discuta, pero no se puede hacer a la ligera, sino que exige "un examen más consensuado" en lugar de propuestas unilaterales "fruto de un calentón". Según Aitor Esteban, prohibir las donaciones de empresas "exige un complemento" para los partidos porque, "si la financiación privada baja, debe subir la pública". Y tampoco serviría, agregó, para evitar una contabilidad B como la que dice haber llevado Bárcenas en el PP.