GAsteiz. El delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, puso la semana pasada en conocimiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional seis actos de recibimiento a presos de ETA para que dictaminara si se incurrió en un delito de enaltecimiento, pero la Fiscalía vio insuficientes esos informes y echó en falta una mayor profusión de datos y elementos de juicio. Por ello, pidió a Urquijo que ampliara sus informes y, por extensión, reclamó que la Ertzaintza aportara también los datos que hubiera podido recabar. Según fuentes del departamento de Seguridad consultadas por DNA, Lakua disponía de un margen de 48 horas que expiraba hoy mismo, y ya ha podido dar forma a sus expedientes sobre los recibimientos en Legazpi, con un repique de campanas para Iñaki Delgado; Amorebieta, con el recibimiento a José Legorburu; Galdakao, con cohetes en la acogida a Javier Martínez, Javi de Usansolo; y Bilbao, con el paseíllo a Inma Pacho.

En los dos últimos casos, la Er-tzaintza ya había redactado un atestado y abierto diligencias antes incluso de ser emplazada por la Fiscalía. No sucedió lo mismo en Legazpi y Amorebieta, donde ha tenido que partir prácticamente de cero y poner sobre la pista a la unidad de investigación, que ha recabado datos en las últimas horas y ha ultimado los informes correspondientes. Los cuatro textos se remitirán hoy a la Fiscalía.

La Fiscalía lamentó la falta de datos en los informes de Urquijo, que se defendió asegurando que esas pistas se habían obtenido poniendo en riesgo la integridad de los funcionarios que intervinieron en las operaciones, "supliendo la inacción del departamento de Seguridad, que no ha enviado a la Ertzaintza" a ningún homenaje. Por ello, pidió a la Fiscalía que se dirigiera a la Policía vasca si necesitaba más información porque "es quien tiene la competencia para actuar en esos casos". La Ertzaintza ya estaba sobre la pista de los actos de Galdakao y Bilbao, y también intervino en el recibimiento a Joseba Artola dispersando a los congregados, pero Lakua ya ha matizado que, en general, no habría habido enaltecimiento en los homenajes.