GAsteiz. Cuando PSOE y PP reformaron la Constitución española en 2011 para blindar las exigencias de austeridad y estabilidad presupuestaria impuestas por Europa, el descontento con el marco constitucional pasó de ser patrimonio de los partidos abertzales y catalanistas a extenderse a las formaciones minoritarias de izquierda. Izquierda Unida entendió que el Congreso había puesto la Constitución al servicio de los mercados, y que preceptos como el derecho a la vivienda habían quedado en papel mojado por el embate de la crisis. La desafección ganaba terreno, y unos meses después la marcha independentista catalana y la apuesta soberanista de Artur Mas se encargaban de dar la puntilla. Este año, CiU volverá a ausentarse del tradicional homenaje a la Constitución que como cada año acogerá el Congreso el próximo viernes -como ya es habitual, tampoco acudirán el PNV y Amaiur-, y lo hará además en un momento de tensión añadida en el proceso soberanista: en menos de tres semanas, Mas concretará la pregunta de la consulta. A la lista de sobresaltos para Mariano Rajoy se ha sumado a última hora el también tradicional acto de Denaes, la fundación presidida por Santiago Abascal, que se echará a la calle tras la reciente ruptura del exmilitante popular con el PP por su supuesta tibieza ante ETA y el desafío catalán, y por el incumplimiento del programa electoral en materia de impuestos.

Si en la convocatoria del pasado año se decantó por defender la "unidad de España" con el apoyo de los eurodiputados Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz, y de la expresidenta del PP de la CAV, María San Gil, en esta ocasión Denaes ha optado por saltarse el guión y la temática propia del día de la Constitución para dar el protagonismo a determinadas asociaciones de víctimas, precisamente mientras los sectores más inmovilistas siguen cargando contra Rajoy por la resolución europea contra la aplicación retroactiva de la doctrina Parot, y porque Madrid no haya podido evitar la excarcelación de más de cincuenta presos de la organización armada. Con esos mimbres es previsible que en ese acto se lancen mensajes incómodos para el presidente español.

Además, estará presente José Antonio Ortega Lara, una víctima con gran carga simbólica para los sectores críticos con la actual línea del PP: dejó el partido en 2008, y fue secuestrado por Iosu Uribetxebarria, cuya excarcelación desató el terremoto que sigue provocando réplicas en el PP y que terminó atenazando la política penitenciaria del Gobierno español. A la concentración se han unido ya la AVT, Voces contra el Terrorismo y Dignidad y Justicia. Aunque se prevé que el acto se centre en la doctrina Parot, también cabe esperar algún mensaje contra la supuesta tibieza de Madrid ante Catalunya o en defensa de la Constitución, otro de los argumentos que aglutinan al sector crítico del PP, en teoría minoritario, pero muy visible en algunos medios de comunicación y encarnado por populares con predicamento entre las bases como Esperanza Aguirre.

Mientras desde su órbita lo acusan de no defender con contundencia la Constitución, el presidente español también tendrá que tragar con el plante de los partidos abertzales y de los soberanistas catalanes en la recepción del Congreso por no dar una solución a sus reivindicaciones nacionales y por sus medidas recentralizadoras e invasoras de competencias. PNV, Amaiur, Geroa Bai, CiU, BNG, ERC y Compromís-Equo no enviarán a ningún representante al 35 aniversario. En el caso de CiU, antes de tensionar sus relaciones con Madrid, acostumbraba a enviar a la cita una representación de perfil bajo, habitualmente encarnada por su representante en la Mesa del Congreso o el Senado, o por el delegado de la Generalitat en Madrid.

manifestaciones A pesar de su pulso con el Gobierno español, se especula con que la Generalitat y Moncloa puedan negociar un nuevo pacto sobre financiación, si bien Mas tendrá complicado dar marcha atrás y cuesta imaginar que el PP esté en condiciones de poner sobre la mesa una oferta tentadora dadas las estrecheces presupuestarias del Ejecutivo español. Tampoco se prevé que la marcha convocada por la plataforma catalana a favor de la unidad española y apoyada por el PP y Ciutadans, Som Catalunya, somos España, logre hacer sombra a la cadena humana por la independencia que congregó a un millón y medio de personas -medio millón según los cálculos más restrictivos-. Su marcha del 12 de octubre, en la que trató de hacer visible la "mayoría silenciosa" contra la independencia, se quedó en 30.000 manifestantes -150.000 según otros cálculos-. En Euskadi, Independentistak ha convocado una marcha a favor de la secesión.