bilbao. Las intenciones de Eduardo Madina solo parece conocerlas él mismo. Nadie de su entorno se atreve a pronosticar si, como se lleva especulando desde hace meses, el número dos del grupo del PSOE en el Congreso de los Diputados se presentará a las primarias socialistas para designar al candidato a presidente del Gobierno español. Muchos le han animado a ser alternativa a Alfredo Pérez Rubalcaba. Y los militantes le aprecian y ven en él, por fin, sangre nueva para el partido. A punto de cumplir 38 años de edad, es el más joven de los posibles candidatos a la primarias. Y eso, en un partido que busca ilusionar y renovar sus bases, cotiza al alza.

Hay factores que juegan a favor del diputado vasco, que en los últimos tiempos se refugia en el mutismo y muestra su perfil más discreto. El sistema de primarias abiertas, en las que podrán votar no solo los militantes sino también los simpatizantes, abre el arco de posibilidades para un candidato que consiga trasladar un mensaje genuino e ilusionante.

Y el factor generacional podría ser determinante. La Conferencia Política del PSOE aprobó que todos los mayores de dieciséis años podrán votar en las primarias, desde los catorce si se milita en las Juventudes Socialistas. La lectura es clara: es difícil que un chaval de dieciséis años se decante por un líder como Rubalcaba, de la edad de sus abuelos.

Madina tiene otras virtudes que le han hecho acreedor de apoyos, como no llevar sobre sus espaldas la mochila de la gestión de Zapatero, un sólido discurso ideológico -no siempre complaciente con las tesis oficiales del partido-, y la facilidad para generar simpatías. Pero para muchos en el PSOE, incluido el entorno de Rubalcaba, hablar de Madina como líder es hablar en potencial, porque no se ha bregado en la lucha política ni ha tenido responsabilidades como otros posibles contrincantes. Patxi López, por ejemplo, tiene para los socialistas el mérito de haber sido lehendakari. Carme Chacón fue ministra de Defensa -la primera mujer en este cargo- y luchó internamente contra Rubalcaba por el control del PSOE.

En cambio, Madina ha hecho política en la sombra como diputado y únicamente en los últimas años ha ejercido un cargo en el grupo parlamentario del PSOE. Consciente de que no todo será de color de rosa si se presenta como alternativa, de que tendrá que entrar en el cuerpo a cuerpo con otros candidatos socialistas, Madina sopesa sus apoyos y su propia actitud ante el reto. "Las primarias cambiarían su vida y eso probablemente le dé miedo", confiesa un socialista vizcaíno.

Su relación con López también pesa en su ánimo. Los dos son amigos pero podrían acabar enfrentándose en las primarias, lo que mermaría las posibilidades de ambos. López ya avisaba hace unos días en una entrevista: "Madina y yo tendremos que resolver si competimos ambos en primarias".