Vitoria. "Trayectorias vitales que en un momento convergen". Así definió Iñaki García Arrizabalaga, una víctima del terrorismo, el encuentro público que mantuvo ayer con otro Iñaki, Rekarte, éste victimario, expreso de ETA excarcelado hace cuatro días, disidente de la organización y que desde hace años reniega de la violencia. Trayectorias muy diferentes pero que confluyen, paradójicamente, en un elemento común: el rechazo al odio que con tanta fuerza acumularon y que, una vez superado, les cambió la vida.

Ambos ofrecieron ayer sus testimonios en el marco del seminario sobre la memoria organizado por la Fundación Fernando Buesa. "En los primeros años vivía en el odio. Es un sentimiento natural, tan fuerte que te obliga a darle las 24 horas del día, te hace militar en el odio. Lo inunda todo", afirmó Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Donostia y asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1980. Pero sufrió una transformación fruto de un proceso personal. "Pensé que, además de matarme a mi padre, me estaban arruinando la vida, y que el primer perjudicado por odiar era yo".

Al otro lado, Iñaki Rekarte, miembro de ETA condenado por un atentado con coche bomba que mató a tres personas en 1990 y que ha pasado 21 años en prisión, sufrió un proceso paralelo. "Te alimentas del odio para seguir viviendo", afirmó. Rekarte sintió el abismo: "Te estropeas la vida", "ves tu vida perdida", "mi vida estaba rota, no tenía futuro". Y, en ese proceso también personal, abrió otros senderos. "Conoces gente en ese camino, personas que en un momento dado estarían tildadas de enemigas en esos ambientes (radicales). Además, terminas queriendo a esas personas y te cambia la vida. Se te va acabando el odio. Te perdonas a ti mismo, que no es fácil", resumió.

Ambos Iñakis compartieron mesa y experiencias en una iniciativa inédita de la Fundación Buesa. Previamente, una víctima de las Brigadas Rojas italianas (Manlio Milani, que perdió a su mujer) y la exactivista de esa organización armada Adriana Faranda, ahora arrepentida, hicieron lo propio. En ambos casos resultó una experiencia humana enriquecedora, agradecida tanto por los propios interesados como por el público asistente.

Iñaki Rekarte, que ha sido un exponente dentro de la llamada vía Nanclares para la reinserción pero que ha tenido que esperar al cumplimiento de la sentencia que anula la doctrina Parot para salir libre, relató su vivencia desde que entró en ETA cuando "no tenía idea de nada, la vida te lleva, era un bala perdida"; hasta que rompe con esa losa del pasado tras superar el "pánico" a dar el paso, "porque tu vida al final siempre ha sido eso". "He estado media vida en ETA y nunca me he sentido de ETA. Vas siendo sincero contigo mismo", explicó el expreso. La maduración del proceso de haberse convertido "en una máquina de matar" debido a que "te dejas llevar" hasta reconocer a los otros no como enemigos sino como personas es muy lenta. "Cuando se hacen cosas tan graves, ya no tienen vuelta atrás. Hay un momento en que rompes tu vida y pasas a otra fase", añadió. Según afirmó, "la solución es de persona a persona, los encuentros restaurativos con víctimas rompen barreras". Con todo, su evolución ha sido radical y ahora enfoca la vida y los conflictos de otra manera. "No es tan difícil decir que matar está mal. Vas por un pasillo y empujas a alguien y le pides perdón. ¿Matas a una persona y no pides perdón?", se preguntó ayer públicamente antes de afirmar que tanto ETA como la izquierda abertzale llegará un día en que reconocerán "obligatoriamente" el daño causado. Además, se mostró "seguro de que ETA se ha acabado", y consideró que "debería desaparecer y punto".

El abandono de la disciplina de ETA en la cárcel le supuso muchos problemas de aislamiento, pero siguió adelante. Ahora, en libertad, no teme ser señalado por ese entorno. "Me da igual. El rechazo de la izquierda abertzale me trae sin cuidado", aseguró para matizar que "el rechazo social por haber sido de ETA lo entiendo", aunque, señaló, no lo "percibe". Asimismo, el expreso criticó que la vía Nanclares esté cerrada ya para otros reclusos y consideró que, si no ha tenido más frutos, es "porque no se ha abierto una puerta donde llamar".

Por su parte, Iñaki García Arrizabalaga agradeció a Rekarte sus palabras y señaló que "es mucho más difícil pedir perdón que matar, pero mucho más transformador". Este profesor, que ha participado en encuentros con víctimas y ha trasladado su testimonio a las aulas, reivindicó la memoria tanto desde el punto de vista humano como de conocimiento completo del pasado haciendo "un ejercicio de autocrítica". Partidario de "enfocar el futuro sin odio ni rencor", esta víctima del terrorismo demandó una "memoria interpretadora" y que se conozca el sufrimiento de todas las víctimas, pero con especial hincapié en las de ETA, cuyo terrorismo ha sido "el más grave y específico".

"ETA tiene que desaparecer y punto. Acabarán reconociendo el daño causado"

Iñaki rekarte

Exmiembro de ETA

"Dentro de 30 años no habrá ningún preso en

la cárcel y las víctimas seguirán sin su familiar"

Iñaki García Arrizabalaga

Víctima del terrorismo

Iñaki Rekarte conversa con Jesús