Donostia. El Plan de Paz y Convivencia 2013-2016 ya tiene su versión definitiva tras varios meses de trabajo. En el documento, que aprobará el Gobierno Vasco el martes, se recogen entre diversas cuestiones la "exigencia de final, desaparición o disolución de ETA sin condicionamiento político", el compromiso con un Programa Vasco de reintegración social para personas presas (Hitzeman) así como la realidad de los huidos, los principios del suelo ético que aprobó el Parlamento Vasco la pasada legislatura -con el apoyo del PNV, PSE, PP y los tres parlamentarios expulsados de Aralar- y un "tratamiento integral" de vulneraciones de signo diferente pero con "valoración específica de cada ámbito".
Así lo dio a conocer ayer el secretario general de Paz y Convivencia del Ejecutivo, Jonan Fernández, que presentó en Donostia la versión definitiva de un plan que de manera explícita o tácita ya han respaldado EH Bildu, PSE y PP.
Cinco meses después de que el lehendakari, Iñigo Urkullu, presentara la propuesta y de que los agentes políticos, sociales y la ciudadanía realizaran sus aportaciones hasta septiembre, Fernández anunció ayer que son "27 enmiendas puntuales" y 42 las sugerencias con las que el Ejecutivo "coincide". Tras reconocer que es "prácticamente utópico" que las grandes fuerzas del país compartan ya el plan, Fernández señaló que "lo que hagamos ahora tiene que preparar el terreno para que eso sea posible".
Con ese objetivo, el plan renuncia de manera explícita a "imponer" un relato único, sino que asegura que el Gobierno deberá "contribuir a una narrativa crítica del pasado", para lo que recurre a un mínimo del suelo ético: "Ningún argumento puede ser imbocado para minimizar o legitimar la violencia de ETA ni otra violación de derechos humanos".
"El Plan y su proceso de gestación y gestión persiguen que el alejamiento que se da hoy sea un acercamiento de posturas cuando el Plan finalice su periodo de vigencia", recoge el texto, que estructura su "marco interpretativo", basado en cinco apartados: el objetivo de Lakua de "alcanzar esta legislatura un acuerdo democrático para la convivencia; "la exigencia de final desaparición o disolución de ETA sin condicionamiento político" como premisa en la que se sitúa "el Gobierno y su Plan de Paz y Convivencia". Para ello, reclama como "primer paso el desarme y desmantelamiento ordenado, seguro y definitivo" de ETA, sobre cuya violencia hace una "valoración expresa de su injusticia". En tercer lugar, la narrativa del pasado en la que renuncia a imponer ningún relato, aunque marque un mínimo; el tratamiento de vulneraciones de signo diferente - "integral" pero con "valoraciones específicas"- y, en último lugar, la afirmación de que "la construcción del futuro no puede ser ni olvidar el pasado ni despreciar lo pre-existente".
Una de las principales novedades es el preámbulo en el que se fija la importancia del suelo ético. Una parte del documento que busca, según reconoció ayer Fernández, "dotar de significación al marco de participación en el que se ha gestado el plan y precisa su marco de interpretación", ante las posibles dudas que pudieron surgir de la redacción inicial de la iniciativa.
Cambios y presupuesto Además, entre las aportaciones recogidas se encuentran las referencias a anteriores planes de paz elaborados por los ejecutivos vascos; la clarificación de vulneraciones de derechos humanos que no han sido esclarecidos; la sustitución de "respuestas de sentido común para presos que están encarcelados por desarrollar actividades antes ilegalizadas y ahora legales" por "respuestas legales"; y la redacción de la ficha sobre la Ertzaintza que generó cierto revuelo para "que quede claro el sentido original de la iniciativa, que se trata de un programa de continuidad" del "compromiso con los derechos humanos y la convivencia".
El documento, que en sus 86 páginas desgrana 18 iniciativas y está disponible en Irekia, también recoge en uno de los anexos el gasto presupuestado hasta 2016. El ejercicio de puesta en marcha del Plan, el de este año, contará con 3,2 millones de euros; en 2014 serán 5,1 millones; en 2015, 5,8 millones y el último ejercicio que prevé el Plan, el de 2016, 5,3 millones. En total, 19,4 millones de euros en cuatro años.
El secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan Fernández, ayer en la sede del Ejecutivo en Donostia. Foto: Ainara Garcia
El plan de paz
l Inicios. En marzo, el secretario general de Paz y Convivencia presentó el avance del plan en comisión parlamentaria. El 11 de junio, el lehendakari, Iñigo Urkullu, presentó el Plan que llegará hasta 2016 y cuya versión definitiva, con aportaciones externas, aprobará el Gobierno este martes.
l Novedades. La incorporación del suelo ético en el preámbulo ha sido un punto destacado de un documento que reúne el apoyo directo o indirecto de PNV, EH Bildu, PSE y PP.
l Presupuesto. Será un proyecto plurianual hasta 2016. Este ejercicio prevé un gasto de 3,2 millones de euros; 2014, 5,1 millones; 2015, 5,8 millones; 2016, 5,3 millones.
l Público. El plan completo está disponible en irekia.euskadi.net.