Juan María Uriarte, durante la entrevista, con el libro que presentará esta semana en la mano.

"Espero que no se marchiten las expectativas sobre este Papa"

vitoria. Juan María Uriarte tiene depositadas muchas expectativas en el papa Francisco, al que tuvo ocasión de saludar en persona el pasado 11 de octubre durante la misa que concelebraron en el Vaticano. En el minuto escaso de conversación, el obispo emérito pudo comprobar que el aura humanista y nada cortesano que destila el sumo pontífice es más poderoso que el efecto mediático que ha desatado en estos seis meses al frente de la Iglesia católica.

¿Cree que el Papa encarna un proyecto de Iglesia alternativo?

El papa Francisco trae un neto espíritu renovador muy evangélico: la sencillez, la cercanía a los problemas de la calle, la opción por una Iglesia más pobre y servidora, la sensibilidad más patente por los pobres y excluidos. Hablar de proyecto alternativo me parecería una exageración. La Iglesia sigue cumpliendo, mejor en unos aspectos que otros, más evangélicamente en unos lugares que en otros, el proyecto de Jesús.

¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante?

Él ha anunciado ya la reforma de la Curia, el saneamiento del Banco Vaticano, el trabajo incansable por la paz y la concordia en tantos lugares del mundo, de lucha a favor de los pobres y en contra de la pobreza. En todos estos campos encontrará resistencias. Pero parece un hombre firme para llevar adelante lo que se propone y flexible para utilizar la estrategia adecuada. Dada su edad, tiene ante sí un tiempo limitado para llevar adelante su proyecto renovador. Quiere hacer las cosas con espíritu colegial, no unipersonal. Ha sembrado una gran esperanza. El mayor desafío pasa por que "la nieve baje de las montañas al valle". En bastantes diócesis se dan, a una escala más o menos reducida, las deficiencias atribuidas a la Curia. Para llegar hasta ahí necesitará obispos, presbíteros, religiosos, laicos, animados de su mismo espíritu.

¿Cree que va a poder llevar a término la regeneración de la Curia vaticana?

Una parte sensible de la Curia romana no necesita regeneración, sino quizás una orientación menos centralista y cortesana. Parece que toda la Curia necesita una reorganización para ser un instrumento más ágil que permita al Papa cumplir con su misión unificadora y orientadora. El obispo de Roma tiene una responsabilidad sobre toda la Iglesia, pero las diócesis del mundo tienen sus propios obispos, que no son delegados del Papa, sino pastores propios.

¿Cómo hay que entender sus frases sobre las personas homosexuales que tantas expectativas han creado?

La frase literal del Papa es esta: "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?". Dice lo que dice. Ni más ni menos de lo que dice. Muestra una sensibilidad y un respeto a la conciencia subjetiva de la persona humana.

Por lo que ha podido ver usted, ¿cómo cree que es visto desde la Iglesia vasca, desde las bases?

El papa Francisco ha suscitado un amplio y duradero impacto mediático que ha desbordado con mucho los límites de la Iglesia. Está cuestionando a muchos que se sentían lejanos a ella, pero no a Jesús. Entre nosotros el fenómeno es análogo. Ha despertado expectativas y adhesiones que espero no se marchiten. Esta es, a mi parecer, la reacción muy mayoritaria. Probablemente coexisten con ella estados de opinión que se preguntan si todo no es pura cosmética. Incluso puede haber una minoría desconcertada y sordamente resistente.

"Parte de la Curia no necesita regeneración, sino una orientación menos cortesana"

"El papa Francisco está cuestionando a muchos que se sentían lejanos a la Iglesia, pero no a Jesús"