Washington/Madrid. El espionaje a millones de ciudadanos en el Estado español y Francia fue realizado por los servicios de inteligencia de esos países, que compartieron después la información recabada con la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, según publicaba ayer The Wall Street Journal. El diario, que cita a funcionarios estadounidenses, afirma que los registros telefónicos recolectados en Europa fueron después compartidos con la NSA como parte de los esfuerzos para proteger a EE.UU. y a sus aliados.
Un día después de que se conociera que la NSA interceptó 60 millones de llamadas telefónica en un solo mes en el Estado, la Fiscalía española decidió abrir diligencias informativas con el objetivo de determinar si hay elementos penales en estas actividades y si el Estado español podría abrir una investigación al respecto. El fiscal general Eduardo Torres-Dulce autorizó la apertura de estas diligencias, de las que se encargará la Fiscalía especial para delitos informáticos.
Representantes del Gobierno español se reunieron el lunes con el embajador estadounidense en Madrid, James Costos, para trasladarle la preocupación por la supuesta vigilancia de la NSA a miembros del Ejecutivo, políticos y ciudadanos españoles. Asimismo, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, advirtió a EE.UU. de que en caso de confirmarse estas informaciones, se podría romper "el clima de confianza" entre ambos países.
Ayer, los grupos parlamentarios de UPyD, CiU y PNV en el Congreso coincidieron en que el Gobierno español debe reaccionar con más contundencia y firmeza frente a Estados Unidos por el espionaje de la NSA y exigir más explicaciones de las que se han dado hasta ahora. "Me parece que lo único que está haciendo es lanzar la pelota fuera del campo y con cuatro buenas palabras no se puede solucionar un asunto que es lo suficientemente grave para que las explicaciones sean claras y detalladas", señaló el portavoz del PNV, Aitor Esteban. El jeltzale considera que eso es necesario para "restaurar la confianza de los aliados europeos en general y en el caso de España de manera especial".
El embajador norteamericano aseguró que trasladará el mensaje de Madrid a su país y que las administraciones estadounidenses "despejarán las dudas" sobre el supuesto control de los servicios secretos. El escándalo del espionaje va creciendo por momentos y ha colocado a Obama en el ojo del huracán de la indignación europea.