¿Dónde está la Ponencia de Paz?
Un mes y medio después de la reunión de EH Bildu y el PNV, y tras el plante del PSE, siguen los contactos informales pero no hay fecha para la próxima cita
Míriam Vázquez
vitoria. A finales de la legislatura pasada, la constitución de la Ponencia de Paz se vio como un hito y como un paso atrevido para consolidar la convivencia desde el Parlamento. Una apuesta que costó a Aintzane Ezenarro, Mikel Basabe y Oxel Erostarbe ser expulsados de Aralar por impulsar ese foro sin que EH Bildu estuviera representada en la Cámara -aunque sí lo estaban la propia Aralar y EA, como integrantes de la coalición-, y que en la presente legislatura tampoco ha podido librarse de las turbulencias, aunque pareciera más necesaria que nunca una vez consolidado el cese definitivo de ETA. En primer lugar, y en medio de un crispado arranque de la legislatura, costó reactivarla.
Una vez constituida, el PSE se desmarcó por sorpresa al constatar una involución en el discurso de EH Bildu y al exigirle que asumiera el suelo ético pactado en la anterior legislatura. El PNV y la coalición abertzale decidieron entonces mantener viva la ponencia, pero en cierto impasse a la espera de adhesiones y sin fijar una fecha para la siguiente reunión. Tras haber copado titulares en los últimos meses, el foro ha pasado desde ese 13 de septiembre a un discreto segundo plano y no han trascendido noticias sobre sus trabajos.
Según fuentes jeltzales consultadas por este diario, se mantienen los contactos informales, pero aún no se ha fijado una fecha para la siguiente cita. Lo más probable es que los partidos aguarden a que se calmen las aguas en materia de paz, a que pase el huracán de la doctrina Parot, y a que se normalicen las relaciones entre los grupos. En ese sentido, el nuevo tiempo parece haberse adentrado en una fase de cambios, ya que la resolución europea contra la aplicación retroactiva de la doctrina Parot podría abrir la puerta a que los presos vean con otros ojos la vía judicial, alberguen ciertas expectativas de éxito y se animen por tanto a registrar peticiones individuales y no colectivas para lograr beneficios penitenciarios. Además, se especula con que ETA realice algún gesto en dirección a su desarme cerca del periodo navideño.
Cuando el PSE abandonó la ponencia, se interpretó que podría estar esperando esos gestos, con los que ya se especulaba cuando se desmarcó. Si se produjeran, podría subirse nuevamente al tren de la ponencia. Sin los socialistas, PNV y EH Bildu siguen sumando una amplia mayoría pero, cualitativamente, ese foro deja de contar con dos partidos, PSE y PP, que han padecido con especial crudeza la acción de ETA y que representan, además, a los ciudadanos no abertzales. El PNV apuesta por mantener la ponencia y seguir tendiendo la mano mientras tanto a PSE y PP, aunque cree que el acuerdo sobre el suelo ético no debe ser una condición, sino el destino final al que se dirija la ponencia.
Otros apuntan que Patxi López habría abandonado el foro por su eventual interés en presentarse a las primarias del PSOE, donde podría vender más un discurso inflexible ante la izquierda abertzale. Siguiendo esa tesis, el PSE no volvería sin antes resolver ese debate interno.
PNV y EH Bildu, en la última reunión de la ponencia en septiembre. Foto: josu chávarri