el vaticano. El Papa Francisco recibió ayer en el Vaticano en audiencia al polémico obispo alemán de Limburgo Franz-Peter Tebartz-van Elst, cuestionado entre otras cosas por el millonario coste de su residencia, sin que trascendieran detalles del encuentro. Tebartz-van Elst estaba desde hace una semana en Roma a la espera de ser recibido por el pontífice para dar su versión de lo ocurrido en Limburgo. Se desconoce por el momento cuál será el futuro del obispo, porque el boletín del Vaticano no informó ayer de una renuncia o de nuevos nombramientos.
"Es muy difícil que se produzca un retorno a la diócesis de Limburgo" de Tebartz-van Elst, comentó a la prensa tras la audiencia el obispo de Osnabrück, Franz-Josef Bode. "La situación se ha agriado tanto que tiene que pasar algo". Según Bode, se trata de una cuestión de pérdida de confianza y no cree que Tebartz-van Elst pueda ejercer ya de manera normal sus tareas. El episcopado alemán no quiso pronunciarse sobre la audiencia en Roma. Su presidente, Robert Zollitsch, se entrevistó con el Papa el jueves pasado para hablar del escándalo y dijo que espera una rápida resolución por las consecuencias negativas para la Iglesia.
Tebartz-van Elst es cuestionado por su forma de dirigir la diócesis (varios sacerdotes lo acusaron por escrito de autoritario ya en 2010), y por los millonarios costes de la renovación de la residencia episcopal, que ascienden ya a más de 31 millones de euros.
El coste inicial estaba previsto en 2,5 millones de euros pero fue subiendo. El consejo de administración del episcopado acusó al obispo de hacer costosos pedidos especiales, como una bañera de 15.000 euros. Además, la fiscalía de Hamburgo acusa al religioso de falso testimonio por haber mentido bajo juramente sobre un viaje que realizó en avión en primera clase a la India.