vitoria. La datos no dejan margen a la duda. Solo uno de cada doscientos españoles (un 0,6%) considera que ETA y el terrorismo siguen siendo uno de los principales problemas del Estado español. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejaba que ETA ha caído muy abajo en la lista de preocupaciones de los ciudadanos, encabezada, como no podía ser de otra manera, por el paro, la corrupción y el fraude, y la situación económica. Lejos queda el máximo histórico reflejado en el barómetro del CIS en noviembre del año 2000, poco después de la ruptura de la tregua de 1998 -por tanto, con ETA atentando-, tras unas elecciones que proporcionaron a José María Aznar la mayoría absoluta, y días antes de que PP y PSOE firmaran el llamado Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo. Dicha encuesta desveló entonces que el 80,1% de la población consideraba uno de los principales problemas al terrorismo y ETA.
"En la actualidad el tema ETA y la violencia son radicalmente residuales" para la sociedad vasca y para la española, y los espacios de preocupación se han llevado asuntos como la crisis y el paro, confirma el catedrático de Sociología de la UPV/EHU, Ander Gurrutxaga.
No obstante, la decisión de ETA de dejar las armas, así como la ausencia de asesinatos, amenazas y extorsiones no borra del mapa las consecuencias de las violencias pasadas y cómo se debe abordar el tratamiento de las víctimas y los presos o los pasos para hacer definitiva la desaparición definitiva de la organización terrorista. "Pero este es un debate que se está llevando a cabo entre las élites políticas y los colectivos que sufren esta situación", especialmente las víctimas y los familiares de presos de ETA que aún siguen en prisión, matiza Gurrutxaga.
Con independencia de que los vascos den por cerrado el capítulo de la violencia, tienen opinión sobre el actual proceso post-ETA. Así el Euskobarómetro de junio revelaba que el 77% de los encuestados cree que hacer justicia con las víctimas de los dos bandos debe ser el criterio para la convivencia, y el 77% considera que para un buen final de ciclo de la violencia no debe haber ni vencedores ni vencidos. El Sociómetro vasco del pasado enero, por su lado, se fijó en que los encuestados consideran como elementos que favorecerán la paz, por este orden, la disolución y entrega de armas, el reconocimiento de todas las víctimas, el proceso de diálogo con todas las fuerzas liderado por el Gobierno Vasco, y cambios en la política penitenciaria.