pamplona. Arropado por cientos de personas, el joven de Barañáin Luis Goñi, condenado a seis años de prisión por su pertenencia a Segi, reapareció ayer a las 14.30 horas en la plaza de Navarrería de Pamplona. Lo hizo acompañado de familiares y amigos y recibió un caluroso recibimiento. Este respaldo quedó plasmado en forma de muro popular, que se constituyó para frenar su detención. Un objetivo que, al menos al cierre de esta edición, consiguieron. Su aparición fue sin lugar a duda el momento más emocionante de una jornada que arrancó a las doce del mediodía con una manifestación en favor de la desobediencia civil no violenta convocada por el movimiento Herri Harresia.
La marcha de la plaza Europa (frente a los cines Golem) y contó con la participación de cerca de 5.000 personas, según los organizadores, la mitad en opinión de Policía Nacional, que recorrieron las calles de Pamplona "para evitar que haya encarcelamientos injustos". Tras la pancarta Desobedientziaz libre bizi (Vive libre mediante la desobediencia), los asistentes, muchos de ellos ataviados con el pañuelo naranja símbolo del movimiento, profirieron gritos en favor de la desobediencia civil y del muro popular. También mostraron su apoyo tanto a Luis Goñi como a Xabier Sagardoy, alias Xapo, ambos condenados por el Tribunal Supremo por su pertenencia a Segi.
Minutos antes del inicio de la manifestación y en representación de los convocantes, la abogada Begoña Zabala aseguró que "estamos dando muestra del éxito que está teniendo esta movilización popular de desobediencia civil de Herri Harresia y estamos muy contentas porque hemos conseguido aglutinar a los grupos de la Navarra desobediente, que tenemos una larga trayectoria de lucha". En este sentido, Zabala explicó que el objetivo es "construir un muro humano, lleno de afecto y de protección para pretender y conseguir probablemente que Luis no sea encarcelado, porque es una detención injusta". Esta acción se enmarca "dentro de la lucha" que el movimiento está realizando para evitar "más encarcelamientos injustos".
Asimismo, Zabala quiso denunciar la "creciente criminalización que se están realizando y los juicios que inician la semana que viene por realizar actividades puramente políticas. Lo nuestro es la actividad política y a ello no vamos a renunciar. Es una actividad política disidente, contestataria y desobendiente pero trae causa de los movimientos feminista, ecologista, contra Itoiz, de insumisión... que han levantado Navarra".
caluroso recibimiento Una vez concluida la manifestación, que se desarrolló sin incidentes, muchos de los asistentes se dirigieron hacia la plaza de Navarrería, donde tras medida hora de expectación y sin aparente vigilancia policial, tres personas con el rostro cubierto desplegaron una pancarta desde el tejado del Palacio Marqués de Rozalejo con lemas alusivos a sus reivindicaciones. Se respiraba en el ambiente que la aparición de Luis Goñi no iba a demorarse por más tiempo. Y así fue. Minutos antes de que el reloj marcara las dos y media, el joven, acompañado de familiares y amigos, accedió a la plaza desde la calle El Carmen y fue recibido con aplausos y gritos de apoyo. El chaval se dirigió a la fuente y acto seguido unas 250 personas se sentaron y le rodearon formando un contundente muro.
La tarde-noche transcurrió en un ambiente festivo y reivindicativo. Hubo espacio para la música, interpretada primero por una joven que interpretó varias canciones en euskera, y después por el músico Fermin Valencia. De vez en cuando, los asistentes pedían guardar silencio y cuando lo conseguían comenzaban a silbar alguna tonadilla, como la de Kalera borrokalari, o proferían lemas como Ez gaituzue geldituko, Gazteak gara, ex terroristak o Jotake irabazi arte.
Pasadas las 20.30 horas, la asamblea de Navarrería decidió pasar la noche en la plaza y solicitaron a los vecinos de Pamplona infraestructuras (mantas, esterillas y sacos). Asimismo, se crearon varias comisiones, como la de propaganda para hacer pancartas y carteles o la de alimentación, para organizar la cena, y se instalaron varias carpas y jaimas. Y aunque la asistencia fue decayendo, sobre todo, pasadas las 23 horas, fueron muchas las personas que se animaron a pasar la noche al raso.