madrid. El Príncipe de Asturias presidió ayer, junto con doña Letizia y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su primer desfile del Día de la Fiesta Nacional, el más corto -con apenas 50 minutos de duración- y austero de la historia.

Unos 2.600 militares y guardias civiles participaron en el desfile, que comenzó a las 10.40 horas con la llegada, entre aplausos, de los Príncipes de Asturias a la plaza de Neptuno, y finalizó a las 11.30 horas.

Los dos últimos años ya se redujo la duración del acto debido a la salud del Rey y se limitó a una hora.

Don Felipe y doña Letizia, con un vestido granate y chaqueta de color rosa palo, fueron recibidos por Rajoy, que había llegado poco antes al mismo lugar acompañado de su esposa, Elvira Fernández, y por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el presidente y la alcaldesa de Madrid, Ignacio González y Ana Botella, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez.

Allí ya se encontraban todos los ministros excepto Luis de Guindos, titular de Economía, los presidentes del Congreso y del Senado y de otras instituciones del Estado como el Tribunal Constitucional. También los presidentes de las comunidades autónomas que asistieron al acto.

Por parte del mundo de la política acudieron entre otros el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sentado junto al portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso. A su lado otros portavoces parlamentarios, salvo los de IU y nacionalistas catalanes y vascos, como suele ser habitual.

El Príncipe, vestido con el uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra, pasó revista a las tropas y saludó a las máximas autoridades.

Desde la plaza de Atocha a Colón -unos 1.700 metros-, desfilaron los guiones más representativos de las unidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil, así como efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, de la Legión y los Regulares. En el vehículo de la Hermandad de Veteranos desfilaron tres militares con diferentes grados de discapacidad, pertenecientes a la Guardia Real, la Legión y el Ejército de Tierra.

Como en otras ocasiones, los más aplaudidos fueron los legionarios que desfilaron con su tradicional ritmo de 160 pasos por minuto acompañados por su mascota -un carnero-, los Regulares, con su ritmo lento de 90 pasos por minuto, y la Guardia Civil. También desfiló la Brigada Paracaidista, la Guardia Real, la jefatura de Tropas de Montaña y las academias militares del Aire, Tierra y la Armada. La exhibición finalizó con unidades a caballo, con un escuadrón Hipomóvil de la Guardia Real y un escuadrón de Sables de la Guardia Civil.

recepción en el palacio real Al finalizar el desfile, todos los invitados se dirigieron al Palacio Real. Este ha sido el primer año en el que el jefe del Estado no ha presidido la tradicional recepción del Palacio ofrecida al término del desfile a autoridades, políticos y representantes de la sociedad, a la que sí acudieron doña Sofía, los Príncipes y la infanta Elena. Y si el pasado año doña Elena no estuvo en la línea de saludos a los invitados, ayer ocupó el cuarto puesto del protocolo tras la Reina y los Príncipes en el Salón del Trono donde recibieron a una representación institucional.

En la recepción, el Príncipe de Asturias animó a los invitados, en nombre del Rey, a celebrar lo que une a todos los españoles, que "es mucho", y a reafirmar el compromiso "con un futuro compartido" de concordia y progreso. "Si lo que nos une es mucho, es mucho más todo lo que cada día seguirá estrechando nuestros vínculos y los de toda España con la comunidad internacional", subrayó el heredero de la Corona en un brindis en el que trasladó el saludo "más afectuoso" y los "mejores deseos" de parte de Don Juan Carlos para todos los invitados. La anécdota de la jornada la puso precisamente la princesa Letizia en dicho brindis. Mientras el príncipe, la reina y la infanta Elena tomaban un sorbo de cava tras el brindis, la princesa de Asturias se quedó mirando la copa y finalmente decidió no beber.

En su mensaje, Don Felipe, que felicitó a la Guardia Civil en el día de su patrona, afirmó asimismo: "España, con la Corona a su servicio, continuará trabajando siempre para garantizar ese progreso, ese porvenir, superando cualquier dificultad".

Ante un millar de invitados, entre ellos los miembros del Gobierno, representantes de grupos políticos y presidentes de comunidades, el Príncipe leyó un mensaje escrito a mano, en nombre del Rey, en el que recalcó: "Hoy es un día para celebrar lo que nos une, recordar nuestra Historia milenaria, y valorar lo mucho que hemos conseguido juntos", señaló.