Copenhague. El Nobel de la Paz premió ayer a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) por sus "amplios esfuerzos" para eliminar esos arsenales, una labor que ha ganado visibilidad con la crisis siria. El trabajo de la OPAQ "ha definido el uso de armas químicas como un tabú en la legislación internacional", según el Comité Nobel Noruego, que recordó que se cumplen veinte años de la firma de la convención que prohibe la producción y almacenamiento de esos arsenales y que entró en vigor en 1997.
Aunque 189 Estados la han firmado, todavía quedan países que no lo han hecho y otros que no han respetado el plazo límite de abril de 2012 para destruir sus arsenales, como EEUU y Rusia, a los que aludió expresamente el fallo.
"Los sucesos recientes en Siria, donde han vuelto a ser usadas armas químicas, ha puesto de manifiesto la necesidad de incrementar los esfuerzos para eliminarlas", explicó el Comité Nobel Noruego.
Su presidente, Thorbjrn Jagland, resaltó tras el anuncio del fallo que la OPAQ ha sido candidata desde hace años y que la motivación del premio no se basa únicamente en el caso de Siria, aunque confía en que ayude a resolver la crisis en este país. "Esto muestra cómo una organización global y multilateral puede ser el elemento esencial para solucionar una crisis internacional. Es importante destacar el significado de la organización en esta situación", dijo Jagland, quien es también el secretario general del Consejo de Europa.
Por su parte, el director general de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, dijo que "este premio refuerza nuestra motivación y dedicación para conseguir la paz en Siria y para su pueblo".
armamento químico Las armas químicas, cuyo uso fue prohibido por la Convención de Ginebra en 1925, han sido empleadas por Estados y terroristas en numerosas ocasiones hasta la firma de la convención en 1993 y la posterior creación de la OPAQ, con sede en La Haya.
Al igual que en los últimos años, la televisión pública noruega NRK había filtrado una hora antes el nombre del ganador, que no aparecía en las quinielas previas. La gran favorita en las apuestas era la paquistaní Malala Yousafzai, la joven de 16 años tiroteada en 2012 por los integristas talibanes por defender la educación femenina en su país. "El comité nunca comenta nada sobre quienes no han obtenido el premio. Hay muchos buenos candidatos, pero sólo uno gana", fue la esperada respuesta de Jagland.
Su corta edad, sus escasos logros y la posibilidad de que el premio la convierta en un objetivo terrorista son algunos de los argumentos que el Comité Nobel valoró para no premiar a Malala, según NRK.
La polémica ha sido una constante en la historia del Nobel de la Paz, sobre todo en los cinco años de Jagland al frente del comité, con decisiones muy controvertidas como la de premiar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2009 y a la UE en 2012.
La Comunidad Internacional mostró su satisfacción por el galardón. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destacó que se haya concedido 50 días después del ataque con armas químicas registrado cerca de Damasco y casi cien años después del primer uso de ese armamento, por lo que "lejos de ser una reliquia del pasado, las armas químicas siguen siendo un peligro real y presente", dijo Ban. El Gobierno de EEUU sostuvo que ese premio reconoce su "valentía" y "determinación" para llevar a cabo su "vital misión" en Siria. El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, señaló que es "un reconocimiento a los esfuerzos de la OPAQ para reducir el armamento químico, y en especial por su labor en Siria". La canciller alemana, Angela Merkel, consideró que "el premio supone un reconocimiento especial al compromiso de la organización con la tarea del desarme". El presidente francés, François Hollande, lo consideró un espaldarazo a la acción de su país en Siria. El Gobierno español señaló que supone "un voto de confianza a la OPAQ, por la difícil tarea que le ha sido encomendada en Siria. Los partidarios del presidente Bachar al Asad expresaron su descontento por el galardón, que atribuyeron al "foco mediático".