londres. El primer ministro británico, David Cameron, prometió ayer convertir el Reino Unido en "una tierra de oportunidades" tras un prolongado periodo de recortes que, si él gobierna, durará hasta después de eliminar el déficit. En su discurso ante el congreso del Partido Conservador, que se clausuró ayer en Manchester (norte inglés), Cameron su-brayó que "la gran misión conservadora" es, a medida que la economía se recupera, "construir una tierra de oportunidades" en este país.

"Nuestra economía, nuestra sociedad, nuestro bienestar, las escuelas, todo reformado, todo reconstruido, con un objetivo, una misión en mente: convertir a este país, por fin y por primera vez, en una tierra de oportunidades para todos", proclamó. El jefe del Gobierno advirtió no obstante de que el camino no será fácil pues, aunque ha repuntado el crecimiento, la economía aún es frágil y requerirá más recortes para reducir la deuda neta nacional, incluso si se elimina el déficit presupuestario. "Todavía no estamos ahí, todavía nos queda mucho, pero estamos en camino", dijo Cameron, quien confirmó los planes anunciados por su ministro de Economía, George Osborne, de continuar recortando hasta generar un superávit presupuestario.

"será vuestra decisión" En un intento de aplacar al ala euroescéptica de su partido, que amenaza con apoyar al antieuropeo y populista UKIP, Cameron reafirmó en Manchester su compromiso de convocar un referéndum de pertenencia a la Unión Europea (UE) antes de 2017 si gana las elecciones de 2015. "Negociaré la repatriación de competencias y, al final, tendremos un referéndum. Será vuestra decisión (de los británicos): dentro o fuera", declaró el líder tory ante los aplausos de sus correligionarios.

También aludió al referéndum sobre la independencia de Escocia, que se celebrará en esa nación histórica el 18 de septiembre de 2014. Tras enumerar las ventajas de que los escoceses elijan quedarse en el Reino Unido, les lanzó un ruego más directo: "Queremos que os quedéis", aseguró, e hizo hincapié en "todo lo que hemos conseguido juntos".

En una intervención sobria en la que no anunció nuevas iniciativas, el primer ministro combinó un cierto optimismo por la incipiente recuperación con la advertencia de más austeridad a fin de "acabar lo que se ha empezado". "Juntos estamos arreglando el estropicio dejado por los laboristas", repitió a lo largo de su discurso, en el que asoció a sus rivales políticos con "el socialismo de los 70", mientras que su partido simboliza, en su opinión, "el futuro". Con la vista puesta en las elecciones generales de 2015, en las que buscará gobernar en solitario -sin depender, como ahora, de los liberaldemócratas de Nick Clegg-, el jefe del Gobierno se alineó con "la gente que trabaja duro" y con el mundo empresarial. "Nosotros (los conservadores) sabemos que los beneficios, la creación de riqueza, las rebajas de impuestos, la empresa, no son palabras sucias ni elitistas; no son el problema, son la solución", manifestó.