Nairobi. El ataque terrorista al centro comercial Westgate de Nairobi, en el que al menos murieron 72 personas, cumplía ayer una semana entre la opacidad sobre el número real de víctimas y una posible negligencia del Gobierno keniano, que según la prensa local fue advertido por sus servicios de Inteligencia de un asalto con rehenes. Sobre la una del mediodía del pasado sábado, un número indeterminado de miembros de la milicia radical fundamentalista Al Shabab asaltó el centro comercial más lujoso de la ciudad disparando metralletas y lanzando granadas contra los miles de clientes que había en su interior.

El ataque se transformó en tragedia cuando las víctimas comenzaron a contarse por docenas y los terroristas se atrincheraron en su interior con numerosos rehenes. La situación requirió la intervención del Ejército, que, tras evacuar a todos los civiles que le fue posible, transformó el edificio y sus alrededores en un escenario de guerra. Las tropas iniciaron entonces un asedio que se prolongó durante cuatro días, en los que las explosiones y los disparos, incluso fuera del perímetro de seguridad, se convirtieron en un sonido cotidiano.

Finalmente, el pasado martes, el presidente de la nación, Uhuru Kenyatta, declaró el fin de una operación que se caracterizó desde su inicio por la opacidad y la contradicción de las fuentes oficiales. El recuento oficial, hasta el momento, es de 72 fallecidos: 61 civiles, seis guardias de seguridad y cinco terroristas. Y eso es todo lo que se sabe. Ninguna explicación sobre los 61 desaparecidos que reporta la Cruz Roja, personas que estaban en el Westgate cuando comenzó el ataque, que no aparecen en la lista de víctimas mortales, y con las que sus familiares aún no han podido contactar.

También se desconoce el número de rehenes que capturó la milicia, y el motivo por el cual se desplomaron tres plantas del centro comercial. Kenyatta adelantó que habría muchos cadáveres entre los escombros, pero su ministro de Interior, Joseph Ole Lenku, le desmintió al día siguiente diciendo que esperaban encontrar un número "insignificante" de cuerpos, y que en cualquier caso pertenecerían a los asaltantes, no a los civiles.

Sobre los terroristas, apenas existe información. Interior dijo que era un grupo de entre 10 y 15 asaltantes, y en el balance oficial solo dice que hay cinco de ellos muertos. Del resto, si lo hay, no se sabe nada. Quizá, el hecho más grave hasta el momento sea la posible negligencia del Gobierno keniano que denunciaron ayer los diarios Daily Nation y The Standard.

Ambos rotativos aseguran haber tenido acceso a una serie de informes elaborados por el Servicio Nacional de Inteligencia que advertían de un posible atentado con rehenes y explosivos en Nairobi entre el 13 y el 21 de septiembre. Los documentos fueron vistos por los responsables de los ministerios de Interior, Defensa, Asuntos Exteriores y Hacienda, así como por el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Julius Karang, especifica Daily Nation. Según los diarios, las advertencias del servicio de Inteligencia, que destacaban también el incremento de la actividad de Al Shabab en todo el país, comenzaron en enero y se incrementaron a principios de este mes.

Uno de los informes incluso señalaba el Westgate como principal objetivo, apuntaba nombres de terroristas que estaban operando en la ciudad y advertía de que estaban en posesión de armas. El ministro keniano de Interior no quiso hablar sobre la filtración.