Nairobi. Un grupo de miembros de la milicia radical islámica somalí Al Shabab, vestidos con el tradicional atuendo árabe, protagonizaron ayer un sangriento asalto en un lujoso centro comercial de Nairobi en el que fallecieron al menos 30 personas y decenas resultaron heridas, según datos de la Cruz Roja keniana. Sin embargo, Al Shabab, tras reivindicar la acción y asegurar que no habría ningún tipo de negociación, elevaba a "más de cien" la cifra de muertos. La milicia justificaba el ataque como represalia por la presencia de las Fuerzas Armadas de Kenia en Somalia, en el marco de la misión de la ONU de apoyo al Gobierno contra las milicias islamistas.
El ataque se produjo alrededor de la una de la tarde hora local (once hora peninsular española) cuando al menos una decena de individuos accedieron al centro comercial de Westgate, situado en una de las zonas más ricas y frecuentado por la comunidad occidental de Nairobi, y abrieron fuego de forma indiscriminada contra los presentes.
Los asaltantes quedaron atrincherados, rodeados por las fuerzas de seguridad, en el centro comercial. A las 19.00 horas (cinco hora peninsular española) se produjo un nuevo tiroteo, que duró unos 15 segundos, y se oyó una pequeña explosión.
En el momento en el que se produjo el ataque el centro estaba muy concurrido, se encontraban en él unas tres mil personas que habían acudido a tomar su almuerzo en las cafeterías o a hacer compras de fin de semana en el supermercado y en las tiendas que hay en su interior.
Un número indeterminado de rehenes seguían al cierre de esta edición en el edificio, aunque la Policía, según las autoridades, pudo rescatar a algunos de los retenidos, entre ellos una ciudadana española y su hija, que salieron ilesas.
Según relató un fotógrafo identificado como Kenna Claude, en el aparcamiento superior del edificio había 43 cuerpos en el suelo de personas con disparos, aunque no pudo precisar cuántas de esas personas estaban muertas o heridas.
Detenido un sospechoso El portavoz de la Cruz Roja keniana, Jarvis Sundays, dijo que el número de heridos era "masivo" y agregó que habían sido trasladados a los hospitales Agha Khan y Oswald.
La Policía keniana en su cuenta de Twitter anunció que un sospechoso del ataque había sido detenido en un hospital y que al menos otro había muerto.
Trabajadores de Cruz Roja explicaron que entre los cadáveres había personas con disparos en la cabeza e incluso algún decapitado.
La Policía y el Ejército rodearon el centro comercial y desplegaron sus efectivos varias manzanas alrededor de él mientras llevaban a cabo la operación de rescate de los rehenes. Al caer la noche, las Fuerzas de Seguridad cortaron el suministro eléctrico al edificio del Westgate y pidieron a los periodistas y otras personas que se encontraban en las inmediaciones que se retirasen del lugar, en unos aparentes preparativos para un eventual asalto.
Horas después de la ocupación, el grupo radical islámico somalí Al Shabab asumió en la red social Twitter el asalto y aseguró que va a ser "una larga odisea". "¿Recordáis Bombay? Va a ser una larga odisea", afirmaron los integristas, en alusión a los ataques de la ciudad portuaria india en los que murieron 166 personas tras la toma de rehenes en hoteles de lujo, la estación de ferrocarril y un centro cultural judío. "Mogadiscio y Nairobi están teniendo su momento Bombay", añadía el mensaje, que reiteraba la referencia al ataque ocurrido en 2010 en la ciudad india, atribuidos a un comando terrorista paquistaní. El grupo islamista también acusó a agentes de Defensa de Kenia de estar "usando civiles como escudos humanos".
El secretario de Interior de Kenia, Mutea Iringo, dijo que el Gobierno "no cejará en esta guerra" ni "correrá riesgos" para solucionar la toma del centro comercial. "Hemos reforzado la seguridad en todos los centros comerciales de la ciudad", dijo Iringo, que envió un mensaje de "tranquilidad" a los kenianos.