Urkullu advierte con su dedo índice al grupo de jóvenes que le increpó a su paso por las calles de Azpeitia. Foto: efe

Garitano achaca los insultos a Urkullu a que no se ha llegado "a la normalización"

un grupo de jóvenes increpa al lehendakari al grito de grito "payaso", "fascista" y "español"

El líder del Ejecutivo vasco se encara al grupo y le exige "respeto" para él y para la institución que representa

iraitz astarloa

azpeitia. Un grupo de jóvenes insultaron ayer al lehendakari, Iñigo Urkullu, a gritos de "payaso", "fascista" y "español" durante la procesión de autoridades que, con motivo de la festividad de San Ignacio, se celebra en Azpeitia. Urkullu participaba junto al diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria, y otros representantes institucionales, en la comitiva previa a la misa solemne que todos los años oficia el obispo de San Sebastián en la Basílica de Loiola, cuando se cruzó con un grupo de jóvenes que al grito de "Herria ez dago salgai" (el pueblo no está en venta) comenzaron a increpar al lehendakari con gritos de "fascista", "payaso" y "español". En ese momento, el presidente del Ejecutivo vasco, se dirigió al grupo y les exigió respeto en reiteradas ocasiones, a lo que los jóvenes respondieron diciendo que dejara de "hacer teatro".

Tras este altercado, un hombre y una mujer fueron identificados por miembros de la Ertzaintza y uno de ellos fue imputado por un presunto delito de injurias. Fue en este instante cuando se produjo un segundo rifirrafe, esta vez con los medios de comunicación. Varios amigos de las personas identificadas exigieron a los medios gráficos que dejaran de grabar e incluso les amenazaron con romperles las cámaras, aunque el incidente quedó en nada.

"Les he pedido respeto. Nada más", explicó visiblemente enfadado Urkullu, instantes después a los periodistas. "Si en aras a la libertad de expresión estamos sometidos a cualquier insulto personal, y menos del carácter de payaso y fascista como se me ha denominado, no lo admito", defendió el lehendakari, quien añadió que "ningún representante institucional" debería hacerlo. Recordó que los políticos representan al "conjunto de la sociedad", por lo que pidió que se haga "un ejercicio de cultura política y también democrática" hacia las instituciones. En este sentido, denunció que no se puede "caer en el libertinaje de cualquier insulto, más allá de lo que pueda ser el ejercicio honesto de la libertad de expresión".

Por su parte, Garitano, testigo directo de la increpación, achacó esta reacción a que "todavía no se ha recorrido" el camino de la "normalización". Preguntado por los periodistas sobre si se trataba de un comportamiento "rechazable", Garitano respondió que son "actitudes de protesta" que cuando se llegue a un escenario de normalización y pacificación "no se darán". En este sentido, hizo un llamamiento a la ciudadanía vasca para "hacer ese camino lo más rápido posible en el tiempo". Fue precisamente Garitano quien, junto a la comitiva del Ayuntamiento de Azpeitia, recibió al lehendakari en la plaza consistorial pasadas las diez de la mañana. Urkullu, que viajó a la villa vagonera acompañado por su mujer, recibió de manos del alcalde, Eneko Etxeberria, el junco de mando, tras lo cual fueron agasajados con el aurresku de honor.

Tras el protocolario recibimiento, un miembro del comité de empresa de Corrugados, cuyos trabajadores se concentraron en la plaza consistorial para protestar por su cierre, se acercó al lehendakari a quien entregó un escrito dando cuenta de la crítica situación en la que se encuentran los trabajadores de la compañía. Tras la procesión, la comitiva, a excepción de los representantes de la Diputación, se dirigió en autobús hasta la Basílica de Loiola, para escuchar la misa solemne oficiada por José Ignacio Munilla. Al contrario que lo sucedido en anteriores ocasiones, esta vez el obispo no recibió a las autoridades en la escalinata de la Basílica y tampoco saludó al lehendakari y al resto de representantes institucionales en su entrada al templo.

"No se puede caer en el libertinaje de cualquier insulto más allá de la libertad de expresión"

Iñigo Urkullu

Lehendakari

"Son actitudes de protesta que no se darán cuando lleguemos a la normalización"

martin garitano

Diputado general de Gipuzkoa