Bilbao. ¿Qué ha pasado con la polémica surgida con Moncloa en torno al Memorial de Víctimas?

Creo que fue debida a una mala interpretación de lo que nosotros planteábamos en el Plan de Paz. El Memorial de Víctimas deriva de la Ley de Víctimas de 2011 del Gobierno de España, y evidentemente no estábamos planteando asumir como propio ese proyecto, sino la responsabilidad de participar en el mismo, que indudablemente era iniciativa y tenía que ser dirigido por el Gobierno español.

En Euskadi, la ponencia de paz del Parlamento ha sido aplazada hasta septiembre por decisión del PSE.

Eso también se deriva de la parada del trabajo parlamentario. Esperamos que en septiembre se reanuden los trabajos y que participen todas las fuerzas políticas, incluso aquellas que todavía no han estado. Nos parece fundamental que la ponencia de paz avance, se consolide y genere consensos, aunque sean mínimos, entre las cuatro grandes familias políticas de nuestro país.

El PSE mostró sus reticencias ante la falta de contundencia de EH Bildu. ¿Ha supuesto un paso atrás?

Yo siempre digo que es un proceso largo y complejo en el que siempre hay que avanzar hacia adelante, no quiero pensar que es un paso atrás sino una pequeña parada. Vamos a seguir trabajando para que en la ponencia estén todas las fuerzas.

¿En qué punto se encuentra el Plan de Paz del Gobierno vasco?

El Plan está abierto hasta el 20 de septiembre a las aportaciones de los diferentes actores políticos y sociales de nuestro país. También estamos haciendo una segunda ronda de contactos, liderados por Txema Urquijo, con las asociaciones de víctimas. En el propio Plan se establecen ya 18 acciones con un cronograma concreto que está pendiente de esas aportaciones, y las modificaciones que podamos hacer son las que marcarán los siguientes pasos.

¿El propio desarrollo de este Plan de Paz puede considerarse un objetivo en sí mismo?

En este tema el proceso es casi tan importante como la meta, porque la meta no es algo tan concreto sino conseguir vivir en paz, que desaparezca ETA, que desaparezca la violencia y que se establezca un respeto en este país a todos los derechos humanos de todas las personas y una convivencia en paz.