Bilbao. "No es una medida excepcional, hay antecedentes tanto del Ministerio como del Departamento de Interior". Esta afirmación de un portavoz de la Consejería de Seguridad pone de manifiesto que la reducción de los servicios de escolta en Euskadi, que está a punto de alcanzar su cota más baja, ha sido un proceso lento que arrancó mucho antes de que ETA declarara el fin definitivo de su actividad el 20 de octubre de 2011.
Durante la pasada legislatura, con Rodolfo Ares como consejero de Interior, se llevó a cabo un importante recorte de los integrantes de la sección de acompañamientos de la Ertzaintza y se redujeron de forma drástica los servicios de los guardaespaldas privados contratados por el Gobierno Vasco. Fue en septiembre de 2010 cuando salieron a la luz las intenciones del Gobierno Vasco del PSE, que afectaron en un primer momento a exconcejales socialistas y del PP, exconsejeros del Gobierno Vasco, empresarios del TAV y periodistas en activo. Ares aseguró entonces que esta medida obedecía a "una evaluación periódica de los riesgos de las personas", tras lo que se reorganizó el servicio "para ser más operativos". Los representantes sindicales lo achacaron, en cambio, a un afán de reducir costes y al intento del dirigente socialista de ganar efectivos para sacarlos a la calle a patrullar, en un momento en el que la escasez de agentes en labores de seguridad ciudadana ya era acuciante.
El 13 de enero de 2012, con ETA ya inactiva, el entonces lehendakari Patxi López citó a más de 250 cargos de su Ejecutivo para escenificar el "final del ciclo terrorista". Y lo hizo anunciando que sus viceconsejeros, que alcanzaban la treintena, iban a dejar de llevar escolta a partir de la jornada siguiente.
Contravigilancias Creada en 1998 para realizar tareas de escolta cuando ETA extendió sus amenazas a un amplio abanico de la sociedad -jueces, concejales, periodistas y los propios ertzainas-, el centenar de agentes que permanecían en la sección de acompañamientos en el verano de 2011 pasaron a encargarse desde entonces de llevar a cabo contravigilancias a mujeres maltratadas. Un servicio pionero en un Cuerpo policial y que recaerá ahora en las propias comisarías de la Ertzaintza, tal y como ha afirmado la consejera Estefanía Beltrán de Heredia, tras la definitiva desaparición de esta unidad.
El Ministerio del Interior ha seguido esta misma senda y, solo en 2012, retiró el servicio de guardaespaldas privados a 554 personas en todo el Estado. Además, quienes mantuvieron la protección pasaron a estar acompañados por un escolta en lugar de dos, al igual que lo va a hacer ahora el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco en consonancia con el modelo de otras policías internacionales.